La escasez de semiconductores ha sido uno de los principales lastres en la cadena de suministros desde el inicio de la pandemia de covid-19. La mayoría de estos productos, que se ocupan desde tarjetas de movilidad hasta en computadores y automóviles, son producidos en China y Taiwán.
Ante este panorama, y como parte de sus intentos para reducir la dependencia de la economía estadounidense con China, el presidente Joe Biden promulgó la Ley de Semiconductores y ciencia.
Estas son las claves de esta nueva ley y los beneficios que se esperan de ella.
Aprueban Ley de semiconductores
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, firmó el martes 9 de agosto una ley para impulsar el desarrollo y la producción de semiconductores en el país ante el temor de que China se convierta en la potencia dominante de este sector.
La ley, que el Congreso aprobó a finales de julio, representa una victoria para Biden tras una pugna prolongada y es una buena noticia para su partido de cara a las elecciones de mitad de mandato.
¿En qué consiste?
La Ley Chips y Ciencia, que libera 52,000 millones en subvenciones, ayudará a Estados Unidos a ganar “la competencia económica del siglo XXI”, aseguró Biden.
Esto incluye 39,000 millones en incentivos de fabricación, incluidos 2,000 millones para los chips heredados utilizados en automóviles y sistemas de defensa, 13,200 millones en I + D de la fuerza laboral, y 500 millones de dólares para proporcionar actividades de cadena de suministro de semiconductores y seguridad de tecnología de comunicaciones de información internacional.
También proporciona un crédito fiscal de inversión del 25% para gastos de capital para la fabricación de semiconductores y equipos relacionados.