El impacto de la Inteligencia Artificial en nuestro mundo: Explorando las posibilidades y desafíos

Desde ChatGPT hasta la revolución en la medicina: Descubre cómo la IA está transformando nuestras vidas y cómo enfrentar sus implicaciones éticas y regulatorias

ChatGPT, un modelo de lenguaje innovador desarrollado por OpenAI y reconocido por ser la primera plataforma en alcanzar la asombrosa cifra de 100 millones de usuarios en un tiempo récord, es simplemente una representación de cómo la Inteligencia Artificial (IA) está impactando de forma significativa en nuestro mundo. Entonces, ¿deberíamos tener más razones para temer o sentirnos optimistas? Hagamos una breve inmersión para acercarnos a una respuesta.

La IA, que una vez fue relegada a las páginas de la ciencia ficción, se ha convertido en una realidad omnipresente en nuestra vida cotidiana. La inteligencia artificial ha trascendido los límites de los entornos empresariales, académicos y técnicos, y se ha convertido en tema de conversaciones informales entre personas de diferentes ámbitos. Esta tecnología ha despertado un gran interés y curiosidad en la sociedad en general, generando discusiones apasionantes sobre sus aplicaciones, implicaciones éticas y su impacto en nuestras vidas cotidianas.

Y aunque el término “Inteligencia Artificial” fue acuñado por primera vez en 1956 en una conferencia en Dartmouth College por John McCarthy, fue en los años 1990 y 2000 cuando hubo avances significativos en varios campos como la industria y la medicina. En la actualidad, nos encontramos con una amplia variedad de IAs, cada una con su propio conjunto de habilidades y aplicaciones. Yo mismo trabajé en la primera década de los 2000 en un centro de investigación que se enfocaba en algoritmos de visión e inteligencia artificial para sectores como la industria, seguridad o la salud, y he sido testigo de esta evolución de primera mano.

Existen diferentes formas de clasificar los tipos de IA, como IA fuerte, IA débil, IA híbrida, basada en redes neuronales convolucionales o recurrentes, las que utilizan algoritmos genéticos, etc., pero para simplificarlo, las formas de IA varían desde las basadas en reglas hasta las que emplean técnicas de aprendizaje automático y aprendizaje profundo. O como ChatGPT, una IA generativa que utiliza el aprendizaje automático basado en una red neuronal y un modelo pre-entrenado con un corpus de texto enorme.  Cada una de estas formas tiene una gama de aplicaciones que influyen en todos los aspectos de nuestras vidas y cambian la manera en que interactuamos con el mundo y llevamos a cabo nuestras actividades diarias

La IA se está haciendo notar en diversas plataformas y campos. Un claro ejemplo son las recomendaciones personalizadas que nos proporcionan plataformas de streaming como Netflix, que utilizan IA basada en reglas, adaptándose a los gustos y preferencias individuales de cada usuario. Según un estudio de la Universidad de Minnesota, este tipo de recomendaciones personalizadas puede aumentar el “engagement” o compromiso del usuario y mejorar la experiencia del cliente.

En el campo médico, la IA está demostrando ser una facilitadora poderosa para la detección temprana de enfermedades. Un informe publicado en Nature Medicine muestra que la IA puede ayudar a diagnosticar enfermedades con la misma precisión que los médicos humanos, pero de manera más rápida. Este avance tiene el potencial de revolucionar la atención médica, permitiendo un diagnóstico y tratamiento más eficientes. La IA también está revolucionando la investigación de medicamentos, facilitando el descubrimiento de nuevas terapias de manera más rápida y eficiente, según un estudio del Journal of Medicinal Chemistry. Este tipo de IA está basado en el aprendizaje automático y el aprendizaje profundo, que es el mismo tipo de IA que se utiliza para detectar intentos de transacciones fraudulentas en bancos y proteger nuestros activos.

Además, sistemas de IA generativa como ‘GPT-4’ de OpenAI, el mismo modelo que impulsa a ChatGPT, han demostrado una comprensión flexible y profunda de conceptos y habilidades humanas. Pueden realizar desde la resolución de problemas matemáticos hasta la generación de poesía. Hemos visto que los beneficios de la IA para las personas son indiscutibles, pero en el ámbito de la empresa ofrece un amplio abanico de ventajas, entre las cuales se destacan la mejora en la toma de decisiones, la optimización de la eficiencia operativa, la personalización de la experiencia del cliente, la potenciación de la innovación y el fortalecimiento de la seguridad y prevención de fraudes. Estos beneficios son fundamentales para impulsar el crecimiento y éxito empresarial en el mundo actual.

Pero, a medida que la adopción de la IA se acelera, superando incluso la tasa de adopción de las redes sociales, se hace esencial considerar la necesidad o no de su regulación. Con la democratización de la IA, surge la cuestión de su uso ético y equitativo. Un informe del Foro Económico Mundial plantea que la IA tiene el potencial de reforzar las desigualdades existentes si no se regula adecuadamente. Si un sistema de IA se alimenta con datos sesgados, podría discriminar a ciertos grupos de personas en ámbitos como la contratación de personal o la concesión de préstamos, o generar exclusión financiera, como mencioné en mi exposición durante la convención de aseguradores de 2023. Incluso Greg Brockman, cofundador y presidente de OpenAI, durante el SXSW 2023 celebrado el pasado marzo en Austin (EE. UU.), destacó la necesidad de establecer “vallas de seguridad éticas” en esta nueva era de innovación.

La inteligencia artificial, como ya lo hizo en eventos de renombre como el South Summit de Madrid, el London Tech Week, seguirá ocupando un lugar destacado en otros eventos destacados de este año, como el AI & Big Data Expo en Amsterdam y el AWS re:invent en Las Vegas. Estas citas imperdibles serán escenarios donde se discutirá ampliamente sobre el tema y se explorarán las últimas tendencias en inteligencia artificial y su impacto en diversos sectores. A pesar de los múltiples beneficios de la inteligencia artificial, es crucial estar conscientes de los posibles efectos adversos como ya advierten Sam Altman (presidente ejecutivo de OpenAI), Demis Hassabis (Google DeepMind), entre otros, y tomar medidas preventivas. Al igual que en revoluciones tecnológicas anteriores, podemos mitigar los riesgos y maximizar los beneficios mediante regulaciones adecuadas con un enfoque ético y que no estrangulen la innovación. La legislación propuesta por la Unión Europea, pionera en el mundo, busca clasificar los sistemas de IA según el nivel de riesgo, estableciendo requisitos para garantizar un uso equitativo y seguro que proteja los derechos humanos.

La IA debe estar al servicio de la humanidad, ayudándonos a alcanzar nuestras metas y potenciar nuestras capacidades, en lugar de reemplazarlas. Aunque es normal tener miedo a lo desconocido, debemos adaptarnos y crecer junto con esta tecnología asombrosa, asegurando que esté alineada con nuestros valores humanos para el beneficio de todos.

Por Ignacio Muñoz, CTO en GFT México & Head of Innovación de Latam en GFT Technologies

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