Forzar a un niño a comer un plato lleno lo daña.

La obesidad y los problemas digestivos como gastritis y colitis desde edades tempranas son los más comunes; pero, si el sobrepeso no se controla, con el paso de los años puede desembocar en males más graves, como, por ejemplo, hipertensión y diabetes.

Aún es común encontrar padres que fuerzan a sus hijos a dejar el plato limpio y muchas veces le ofrecen la misma cantidad de comida que se sirven ellos. Recordemos: son niños; no podemos pretender que se coman todo lo que un adulto ingiere. Sus necesidades son menores. Sí, aunque estén en crecimiento.

Incluso, entre niños de la misma edad las necesidades de alimentación pueden ser muy diferentes y, por eso, varía la cantidad de comida con la que se sienten satisfechos.

¿Qué hacer si en serio el menor no quiere comer del todo y, por esa razón, está con bajo peso o apático? Los especialistas hablan de presentar la comida de forma atractiva y, para ello, pueden aprovecharse los colores y las formas.

Se pueden simular bosques con brócoli y coliflor haciendo árboles y rodajas de zanahoria como flores, luego, de postre formar caritas felices con manzana o gajos de mandarina con banano. Pero, lo más importante es el ejemplo de los padres, si ellos lo ven a usted comer sano y sin quejarse de lo fea que está la comida, o de lo mucho que está comiendo y de si se pone o no se pone gordo o gorda, es más fácil que ellos también se animen a comer de forma saludable.

MiHeL

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