Infraestructura de la CDMX provoca que la temperatura aumente

Las características arquitectónicas de la Ciudad de México la han convertido en una “isla de calor”, aseguró la doctora Rebeca Granados Ramírez del Instituto de Geografía de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Explicó que el concreto de la ciudad eleva el calor hasta los 33 grados centígrados; mientras que el asfalto eleva la temperatura hasta en 49 grados centígrados.

La especialista detalló que la construcción de edificios se ha convertido en barreras para la circulación del aire; además de que el aumento del uso de energía, como es la utilización del automóvil provoca una sensación de mucho mayor.

“Vivimos en una cuenca cerrada en la que se ha modificado la fluctuación de los vientos gracias a la pérdida de espacios naturales, incluso los lagos eran un regulador de la temperatura pero al irse acabando aumentó la temperatura”, enfatizó doctora en Ecología.

En la charla “¿Por qué ahora tengo más calor?” que se realizó en el Museo de las Ciencias Universum de la UNAM, recordó que este año, la primera onda de calor registrada fue del 21 al 23 de abril, con una temperatura que alcanzó los 32 grados centígrados.

“Para considerarse una onda de calor, el 80 por ciento de las estaciones del Sistema Meteorológico necesitan registrar una temperatura mayor a los 30 grados centígrados por tres días seguidos”, informó la experta en un comunicado del Foro Consultivo Científico y Tecnológico (FCCyT).

Granados Ramírez resaltó que para reducir la presencia de ondas de calor y la sensación calurosa, las ciudades deben poseer diseños en la arquitectura que permitan la fluctuación del viento, así como incrementar las zonas verdes que favorezcan la absorción de calor.

ntx/jcd

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