Nadal brilló ante Djokovic y levanta el título en Roma

Por fin un mordisco. Un título. Una alegría en esta primavera atípica con más dudas que certezas, con más preguntas que respuestas. Por fin, Rafael Nadal llega al final del camino, levanta un trofeo, constata en plata que el proceso de recuperación era el correcto. Por fin, Nadal muerde. En tierra. En Roma. A Novak Djokovic, con quien desempata en Masters 1.000 porque ya son 34 para el español. A una semana de Roland Garros.

Daba muestras de pequeños pasos. Desde Montecarlo aunque Fabio Fognini descubriera su falta de rodaje. En Barcelona, otro chispazo que un gran Dominic Thiem apagó en semifinales. En el Mutua Madrid Open, una leve desconexión ante Stefanos Tsitsipas después de destrozar a sus anteriores rivales. Y en el Foro Itálico. A nivel del mar. La reconstrucción completa. Justo a las puertas de París.

Se podrá argumentar que Djokovic llegaba por la parte más compleja del cuadro, que había sumado tres horas más en pista que Nadal después de dos tremendas palizas contra Diego Schwartman, con cierre a la una de la madrugada, y contra Juan Martín del Potro. Es verdad. Pero también lo es que el español sacó la versión más arrolladora del curso en el primer set. Desde el primer golpe.

Maniató al serbio al fondo de la pista y lo obligó a correr, sin pausa, de lado a lado. En el primer punto a favor de Nadal, parte de la clave: dos derechas, cruzada y paralela, incontestables. Con ese golpe dominador, al resto, desbarató la estrategia de la calma que quiso imponer Djokovic. Break a las primeras de cambio. Al saque, la segunda clave: certeros primeros servicios, efectividad, confianza y múltiples recursos por si el número 1 respondía.

Respondió cuanto pudo, que fue muy poco en un primer set impecable del español. El balear se defendió al medio, evitando así que Djokovic pudiera moverse sobre la pelota para impactar sus poderosos reveses, defendió con alturas, para mermar la capacidad de reacción del serbio, y atacó sin reservas, con esos reveses «abrepistas» que ponían de cara los ganadores con el drive. En 22 minutos, 4-0. Ni rastro del Djokovic arrollador que había deambulado por el Mutua Madrid Open y aun en Roma, hasta esta final.

Con información de ABC

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