¿Qué hace el FMI y por qué dicen que regaña a los países?

El Fondo Monetario Internacional (FMI) cumplió 75 años de existencia, pero muchos no saben exactamente qué es lo que hace y para qué sirve este organismo multilateral. No es un organismo internacional que sólo se dedique a regañar a los países o para ordenarles que hagan su tarea en materia financiera y monetaria, pues sirve de apoyo en beneficio de los habitantes y del entorno de los países miembros.

México se unió al FMI desde su creación, que se dio a finales de la Segunda Guerra Mundial, con el objetivo de reconstruir las economías del mundo con un acuerdo entre 45 naciones interesadas en establecer un marco de cooperación económica para evitar crisis como la que provocó la Gran Depresión en la década de 1930.

Tiene su sede en Washington, Estados Unidos, así como su propia moneda, que es un activo de reserva internacional conocido como DEG (Derechos Especiales de Giro), la cual puede complementar las reservas de los países asociados y pueden intercambiarlos de manera voluntaria.

Sin embargo, el fondo no se manda solo, ya que la instancia máxima de su estructura organizacional es la Junta de Gobernadores, integrada por un gobernador y un suplente de cada uno de sus países miembro, quien por lo general es el titular del banco central o el ministro de Hacienda.

La junta se congrega una vez al año en el marco de las Reuniones anuales de otoño del FMI y el Banco Mundial (BM). Además, hay un Directorio Ejecutivo que se encarga de supervisar las operaciones cotidianas del fondo, integrado por 24 miembros de los países.

El FMI tiene además una directora gerente, en este caso se trata de Kristalina Georgieva, quien es la jefa del personal técnico y presidenta del Directorio Ejecutivo, y quien se apoya de cuatro subdirectores gerentes.

Para hacer el seguimiento de las naciones, cuenta con cinco departamentos regionales, los cuales están divididos por continentes: África, Asia y el Pacífico, Europa, Oriente Medio y Asia Central, y el Hemisferio Occidental que abarca todos los países de la América, entre ellos México.

Un faro

A propósito del 75 aniversario del FMI, el catedrático de la Universidad de Alcalá, Pablo Martín-Aceña, publicó el libro titulado Historia del Fondo Monetario Internacional.

En sus páginas relata cómo fue que un 22 de julio de 1944; es decir, un año antes de que terminara la Segunda Guerra Mundial, 730 representantes de 45 países aliados se reunieron en un lugar ubicado en Estados Unidos llamado Bretton Woods.

Ahí lograron llegar a un acuerdo de manera unánime y surgieron tanto el Fondo Monetario Internacional, como el Banco Mundial.

Para el especialista en historia económica, el FMI es una atalaya o torre privilegiada desde donde se puede contemplar la historia de la economía mundial en los últimos 75 años.

En sus páginas detalla las razones de su creación y los principales acontecimientos en los que ha intervenido.

Indaga lo que ha hecho el FMI y de qué modo se han enfrentado las crisis financieras y monetarias, así como las consecuencias de sus acciones.

¿Qué hace?

Alejandro Werner, exsubsecretario de Hacienda en México, es el director del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI desde 2013.

En entrevista con EL UNIVERSAL, explica que el organismo tiene varias funciones, pero la principal y más conocida es dar apoyo financiero cuando las economías pierden acceso tradicional a las fuentes de financiamiento, como los mercados o bancos.

Agrega que en esos casos aporta recursos y negocia con los países un programa de políticas destinado a que el país recobre el acceso normal a sus fuentes de financiamiento, a que se restablezca la senda del crecimiento y abatimiento a la pobreza, como fue el caso de México en 1994, con la crisis que desató el Efecto tequila.

También ofrece asistencia técnica a los países miembros en diversos temas financieros, de aduanas, combate a la corrupción y fiscales, entre otros.

Además, realiza la función de supervisión de la economía mundial, para que el resto de los países estén informados de la evolución de los diferentes miembros, explica Werner. Para ello, realiza un estudio anual de cada nación miembro.

Menciona que para América Latina hay una vía de financiamiento a través de una línea de crédito flexible que sólo se otorga a economías con fundamentos sólidos. Se trata de una línea contingente en donde cada país paga una prima de compromiso y tiene recursos disponibles, en caso de requerirlos.

Destaca que sólo México y Colombia la tienen, pero en el caso nacional, se ha contado con ella desde 2009. Recientemente fue renovada por un monto de 61 mil millones de dólares. 

Con información de EL UNIVERSAL

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