En el país se estima que alrededor de 34 millones de personas se benefician directamente de los vales de despensa. Ya sea en papel o monedero electrónico, estos son ocupados principalmente para la compra de artículos de primera necesidad, como medicinas y despensas, de acuerdo con información de la Asociación de Sociedades Emisoras de Vales A.C. (ASEVAL).
Por ello, Marco A. Martinez, presidente de dicha asociación, señala que la despensa es la prestación que mayor certidumbre genera a los trabajadores durante la actual contingencia, por lo que hace un llamado a los empleadores para seguir apoyándolos con este beneficio de previsión social y así ayudarlos a mantener su poder adquisitivo.
“Sin duda la situación actual repercutirá de manera importante en la economía durante los siguientes meses, por lo que estimular el consumo interno y asegurar el poder adquisitivo de los empleados será primordial para reactivarla; en este sentido, los vales de despensa juegan un papel importante ya que al no ser parte del salario están libres de impuestos para el trabajador”, aseguró el presidente de la ASEVAL.
Son cerca de nueve millones de trabajadores los que cuentan con esta prestación, quienes reciben en promedio 850 pesos mensuales en vales de despensa, el equivalente al 0.04% del PIB reportado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) al último trimestre de 2019[1]. Su importancia radica en que brinda seguridad a los colaboradores pues les permite cubrir las necesidades básicas de sus familias.
De acuerdo con el vocero de la ASEVAL, la “despensa”, como le llaman a este tipo de prestaciones en el medio, promueve el movimiento de la economía desde el núcleo familiar y al tratarse de una previsión social que brinda un ingreso extra al salario del trabajador, impulsa el comercio y apoyar a las pequeñas y medianas empresas (PyMEs).
“Ante la expectativa de una posible contracción de la economía, por la emergencia sanitaria, la despensa será sin duda una herramienta que estimule el consumo interno en el país, para ayudar a la recuperación” asevera Marco A. Martínez.
A nivel nacional, tanto los vales en papel como los monederos electrónicos de este tipo son recibidos por más de 35 mil establecimientos formales, por lo que existe una amplia libertad para decidir en qué, dónde y cuándo usarlos.
“Las proyecciones de consumo muestran que las personas tendrán como prioridad la compra de insumos básicos como comida, medicamentos y artículos para higiene personal y del hogar; por lo que el beneficio de la despensa cobra mayor relevancia como instrumento para generar certeza entre las personas que cuentan con ella mes a mes”, enfatizó Marco A. Martinez.
En el contexto actual de aislamiento sanitario, mediante un comunicado la Asociación Nacional de Abarroteros Mayoristas (ANAM) reportó un crecimiento en ventas del 18.6% en marzo; y de acuerdo con estudios sobre cambios en los patrones de consumo debido a la contingencia por el COVID-19, se estimó que las categorías que mayor dinamismo y crecimiento han presentado son las de atún enlatado, aromatizantes, limpiadores líquidos, frijoles procesados y no procesados, puré y caldo de tomate, así como cubrebocas[2].
A través de su vocero, la ASEVAL señala que ninguna otra prestación laboral repercute tan directamente en el bienestar de los hogares mexicanos en estos momentos, como los vales de despensa. Actualmente, las familias utilizan el 85% de estos apoyos como forma de pago en tiendas de autoservicio y el 15% restante en farmacias; sin embargo, se espera que esta tendencia cambie en próximos reportes y en proporción a la evolución de las medidas de contingencia en el país.
Por otro lado, las empresas también se ven ampliamente beneficiadas con el uso de esta previsión social: a nivel fiscal, si se brinda a través de monederos electrónicos, puede ser deducible hasta en un 53%, lo que representa una gran ventaja frente a una bonificación o ayuda en efectivo, por ejemplo.
Al ser percibida como un ingreso extra para los trabajadores, la prestación de vales de despensa también suma valor como empleador a quien la ofrece, haciendo a la empresa más atractiva, o bien utilizando dicha prestación como una herramienta básica para retener y atraer talento, así como para mejorar su compromiso con el empleador.
“Los vales de despensa serán también una prestación que buscarán obtener las personas, en su búsqueda por nuevos puestos, ya que son de gran utilidad para enfrentar situaciones como la que vivimos actualmente” concluye Marco A. Martínez.