La creciente demanda de chips semiconductores significa que la industria automotriz podría tener dificultades para obtener suficientes de ellos durante el próximo año y en 2023, aunque la escasez debería ser menos grave para entonces, dijo el domingo el CEO de Daimler AG.

Los fabricantes de automóviles, obligados por la pandemia COVID-19 a cerrar plantas el año pasado, se enfrentan a una dura competencia de la creciente industria de electrónica de consumo por la entrega de chips, afectada por una serie de interrupciones en la cadena de suministro durante la pandemia.

Los automóviles se han vuelto cada vez más dependientes de las virutas, desde la gestión informática de los motores para un mejor ahorro de combustible hasta las características de asistencia al conductor, como el frenado de emergencia.