Las autoridades mundiales reaccionaron con alarma el viernes a una nueva variante de coronavirus detectada en Sudáfrica, con la UE y Gran Bretaña entre las que endurecieron los controles fronterizos mientras los investigadores buscaban averiguar si la mutación era resistente a las vacunas.

Horas después de que Gran Bretaña prohibiera los vuelos desde Sudáfrica y los países vecinos y pidiera a los viajeros que regresaban de allí a cuarentena, la Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió contra las medidas apresuradas.

Un científico experto sudafricano calificó la decisión de Londres como un síntoma de “apartheid de vacunación”, aunque la jefa de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, dijo que la UE también tenía como objetivo detener los viajes aéreos desde la región y varios otros países, incluidos la India, Japón e Israel, endurecieron las restricciones.