Perspectiva Económica de Estados Unidos 2021

PIB 2021

  • El PIB de Estados Unidos creció a una tasa anual de 5.7% durante el 2021, luego de haber caído 3.4% en el 2020 ante el impacto de la pandemia.
  • En el último trimestre del 2021, el PIB creció a una tasa trimestral anualizada de 6.9% (equivalente a una tasa trimestral de 1.7%), mostrando un aceleramiento luego del crecimiento de 2.3% trimestral anualizado en el tercer trimestre. 
  • Al cierre del 2021, todavía faltan 3.6 millones de empleos por recuperar para regresar al nivel previo a la pandemia, aunque la tasa de desempleo se ubica en 3.9%, cerca del 3.5% observado en febrero del 2020. 
  • La inflación al consumidor promedió 4.7% en el 2021, siendo la mayor inflación anual promedio desde 1990. En diciembre la inflación fue de 7.0%, nivel no visto desde 1982, debido principalmente a las disrupciones en la cadena de suministro global. 

2021 UN AÑO DE RECUPERACIÓN

En el 2021, el PIB de Estados Unidos creció 5.7% anual, luego de haber caído 3.4% en el 2020, registrando así el mayor crecimiento desde 1984 cuando el PIB creció 7.2%. Cabe recordar que, desde el segundo trimestre del año el PIB logró una recuperación completa, saliendo de la recesión inducida por la pandemia. De esta manera la economía de Estados Unidos registró la recesión más corta en la historia de Estados Unidos, con una duración de dos meses. Anteriormente, la recesión más corta fue en 1980 y duró seis meses.

Al interior del PIB, el componente que mostró un mayor crecimiento anual durante el 2021 fue la inversión privada (9.5%), impulsada por la inversión residencial. Por su parte, el consumo creció 7.9% en el 2021, apoyado por los estímulos fiscales que se aprobaron durante la pandemia. El gasto del gobierno cerró el año con un crecimiento anual de 0.5%, luego de haber crecido 2.5% en el 2020 ante los estímulos aprobados. Por último, las exportaciones mostraron un crecimiento de 4.6%, mientras que las importaciones avanzaron 14% ante la recuperación acelerada de la demanda interna.

Por componente, el consumo representó 5.3 puntos porcentuales de los 5.7 puntos del crecimiento total del 2021, mientras que la inversión sumó 1.7 puntos y el gasto en gobierno 0.08 puntos. Por su parte, las exportaciones netas restaron 1.4 puntos al PIB del 2021. (Figura 3). 

Durante el año, el crecimiento se vio apoyado por los estímulos fiscales y monetarios, así como por la reapertura total de la economía ante el avance en la campaña de vacunación. Sin embargo, hubo algunas limitantes a partir de la segunda mitad del año, especialmente tras la ola de contagios ocasionada por la variante Delta que perjudicó la confianza de los consumidores y acentuó la escasez de algunos productos en la cadena de suministro. Lo anterior se reflejó en mayores presiones inflacionarias, lo que se ha convertido en el principal obstáculo para el crecimiento económico global.

Crecimiento 4T del 2021

Específicamente en el cuarto trimestre del año el PIB de Estados Unidos creció a una tasa trimestral anualizada de 6.9%, luego de haber crecido 2.3% durante el trimestre anterior. Para facilitar la comparación del crecimiento con la economía mexicana, se utiliza la tasa trimestral, la cual muestra un crecimiento de 1.7% (Figura 4). A tasa anual el PIB avanzó 5.5%, hilando cuatro crecimientos anuales consecutivos.

Durante el cuarto trimestre del año, se observó un mayor ritmo de crecimiento en la economía estadounidense, luego de que durante el trimestre anterior la ola de contagios ocasionada por la variante Delta, así como las presiones inflacionarias ralentizaron el crecimiento. A pesar de que, a finales del 2021 se detectó una nueva variante de preocupación, Ómicron, los síntomas de ésta han mostrado ser más leves por lo que la economía ha permanecido abierta, permitiendo que continúe la recuperación económica global.

Desempeño al interior del PIB, 4T del 2021

Consumo. Durante el último trimestre del año el consumo continuó al alza, sin embargo, se observó un cambio en los patrones de los consumidores, con la mayoría de los individuos adelantado sus compras navideñas ante las preocupaciones en torno a las cadenas de suministro. Por lo anterior, en octubre las ventas minoristas mostraron un incremento de 1.8%, mientras que en diciembre se observó una contracción de 1.9%, el mayor retroceso mensual desde febrero. Además, es importante recordar que las ventas minoristas se reportan en cifras nominales, por lo que al descontar la inflación la caída de diciembre es aún mayor.

Hacia adelante, el principal riesgo que se observa para el consumo, es la inflación que se mantiene en niveles no vistos desde 1982. Lo anterior llevó al indicador de confianza del consumidor publicado por la Universidad de Michigan a promediar 70.3 puntos en los últimos 6 meses del 2021, mientras que en la primera mitad del año el promedio fue de 82.9 puntos (Figura 5). De acuerdo a dicha encuesta, el 75% de los consumidores indican que la inflación es el problema más serio que enfrenta el país, en comparación con el desempleo que antes ocupaba el primer lugar.

La inflación también se ha reflejado en un menor nivel de ahorro, con la tasa de ahorro ubicándose en 6.9% a noviembre del 2021 (último dato disponible), en comparación con el 13% que se observaba en noviembre del 2020, e incluso por debajo del nivel pre pandemia de 8.3% (Figura 6). Lo anterior limita la expectativa de consumo futuro, lo que tiene el potencial de desacelerar el crecimiento económico durante el 2022, recordando que el consumo privado es el componente con mayor ponderación en el PIB de Estados Unidos, representando cerca del 70% de éste. Asimismo, el ingreso real de los consumidores ha disminuido por cuatro meses consecutivos, debido a la persistencia de las presiones inflacionarias.

Inversión. En el último trimestre del año, continuó al alza la inversión residencial con la venta de viviendas existentes mostrando un crecimiento promedio de 4.2% en el último trimestre del año, luego de haber registrado un crecimiento promedio de 3.8% durante el trimestre anterior. Hay que recordar que el factor principal que impulsó al sector residencial fueron las bajas tasas de interés, lo que llevó a las tasas hipotecarias a 30 años a alcanzar un mínimo de 2.65% el 27 de enero del 2021. Sin embargo, hacia el final del 2021 y principios del 2022 conforme se incrementó la expectativa de una postura monetaria menos flexible por parte de la Fed, las tasas hipotecarias a 30 años alcanzaron un nivel de 3.45% no visto desde marzo del 2020 al inicio de la pandemia (Figura 7). Lo anterior podría limitar la demanda dentro del sector residencial durante los próximos meses.

Por su parte, los cambios en inventarios privados, que muestran la diferencia entre las ventas y la producción, contribuyeron en 4.9 puntos al crecimiento del 4T de 6.9 puntos. Hay que recordar que un aumento en los inventarios, se origina del almacenamiento de productos que no se vendieron por lo que, en lugar de sumarse al PIB dentro del consumo privado, se refleja en un aumento en la inversión pues la empresa no ha recibido ingresos, pero se espera que posteriormente se vendan.

Gasto del gobierno. En el cuarto trimestre del año, se observó un retroceso de 2.9% en el gasto gubernamental. Sin embargo, debido a los estímulos aprobados desde que inició la pandemia la deuda pública total asciende a 29.8 billones de dólares, equivalente a cerca de 130% del PIB (Figura 8). De ese total, la deuda en manos del público es de 22.30 billones de dólares equivalente a cerca del 99% del PIB, permaneciendo en niveles no vistos desde la Segunda Guerra Mundial cuando alcanzó un nivel de 106%.

Cabe mencionar que el 15 de diciembre de 2021, el Congreso aprobó una extensión de 2.5 billones de dólares al techo de la deuda, evitando así la suspensión temporal de las funciones del gobierno y evitando también un posible incumplimiento por parte de la Secretaría del Tesoro. La legislación provee los fondos necesarios para que el gobierno siga operando hasta inicios del 2023.

Por otro lado, este año serán relevantes las elecciones de medio término, en donde los Republicanos podrían obtener nuevamente el control del Congreso dificultando la aprobación de futuras legislaciones. Cabe recordar que, actualmente se mantiene en pausa el paquete económico “Build Back Better” de aproximadamente de 2 billones de dólares, el cual incluye fondos para combatir el cambio climático y aumentar la seguridad social, entre otros. Se espera que durante enero del 2022 continúen las negociaciones entre el senador Joe Manchin y el presidente, Joe Biden, para llegar a un acuerdo y lograr la aprobación del paquete.

Comercio internacional. En el cuarto trimestre del año, las exportaciones crecieron 24.5%, mientras que las importaciones avanzaron 17.7%, ante una recuperación en la demanda global. Hacia el cierre del año se volvió a observar un incremento en el déficit comercial de Estados Unidos, el cual ascendió a 80.2 mil millones de dólares en noviembre, aumentando a una tasa mensual de 19.4%, aunque permaneciendo por debajo del déficit histórico de 81.4, registrado en septiembre. Las exportaciones de bienes, se vieron limitadas por los cuellos de botellas en la cadena de suministro global. Específicamente en el caso de la industria automotriz, las exportaciones mostraron un estancamiento, con un crecimiento promedio de -0.4% a noviembre del 2021. Además, las exportaciones del sector automotriz son las que muestran mayor rezago respecto al nivel pre pandemia, al mostrar una disminución de 7.8%.

En el acumulado del año (hasta noviembre) el déficit comercial con China representa el 39.8% del déficit total de Estados Unidos, mientras que el déficit con México equivale al 12.3%. Así, los principales socios comerciales de EE. UU. son: 

  1. México representando el 14.5% de su comercio internacional
  2. Canadá con 14.5%
  3. China con 14.3%
  4. Japón con 4.6%
  5. Alemania con 4.4%

Dentro del comercio internacional, es relevante el progreso dentro del acuerdo Fase Uno con China, en el cual se fijó una meta de 193 mil millones de dólares (en exportaciones de Estados Unidos a China) para el 2021. Al onceavo mes del año, se registró un avance de 171.9 mil millones de dólares (de los productos incluidos en el acuerdo Fase Uno), equivalente al 61% de la meta fijada para este periodo de 193.3 mil millones (Figura 9). Por tipo de bien, observa que los productos agrícolas son los que muestran un mayor avance, cumpliendo con el 84% de la meta a noviembre. Por su parte, los bienes de manufactura muestran un avance del 61% y los energéticos del 39%. Con el fin del periodo incluido en el acuerdo, se espera que ambas economías lleven a cabo una reunión para revisar el avance y decidir el futuro de las tarifas comerciales entre ambos países.

Política Monetaria: Empleo e Inflación

En Estados Unidos, la Reserva Federal mantiene un mandato dual de: 1) máximo empleo y 2) inflación promedio de 2%. Durante la segunda mitad del año, el empleo logró seguir avanzando hacia la meta de pleno empleo. Sin embargo, las presiones inflacionarias se mostraron más persistentes de lo que inicialmente se estimaba, por lo que se espera que en el 2022 la Fed muestre una postura menos flexible.

Mercado Laboral: nómina no agrícola. Durante el 2021, se registraron un total de 6.5 millones de empleos creados (Figura 10). Sin embargo, el mercado laboral todavía no logra una recuperación completa respecto al nivel pre pandemia (febrero del 2020), mostrando un rezago de 3.6 millones de empleos.

Al interior de la nómina no agrícola, se destacó la creación de 2.6 millones de empleos en el subsector de ocio y hospitalidad (Figura 11), siendo este el subsector que se vio más afectado por las medidas de confinamiento y las restricciones a la movilidad impuestas tras la pandemia. Por lo anterior, este subsector continúa mostrando una recuperación parcial, con un rezago de 1.2 millones de empleos respecto al nivel pre pandemia.

Hacia adelante, se espera que la recuperación completa se logre en julio del 2022 (Figura 12). De acuerdo con este supuesto, el mercado laboral tardaría 27 meses en recuperarse, muy por debajo del periodo de 76 meses que le tomó en la crisis anterior del 2008. La recuperación en el mercado laboral seguirá dependiendo principalmente de: 1) la evolución de la pandemia, pues el alza en contagios sigue reflejándose en ausentismo laboral, 2) las disrupciones en la cadena de suministro, lo que reduce la producción de las empresas y 3) la capacidad de los trabajadores para ajustar sus habilidades a diferentes sectores.

Otros indicadores del mercado laboral: tasa de desempleo, fuerza laboral y salarios

Al cierre del 2021, la tasa de desempleo disminuyó a 3.9% en diciembre, desde el 6.9% observado en diciembre del 2020. Bajo este contexto, la tasa de desempleo cerró el 2021 en su menor nivel desde febrero del 2020 antes del impacto de la pandemia, cuando se ubicaba en 3.5%. Si se toman en cuenta las personas en subocupación, es decir aquellas que están trabajando medio tiempo y están dispuestas a trabajar más horas, la tasa de desempleo se ubica 7.3%, disminuyendo del 11.7% registrado al cierre del 2020, aunque permaneciendo por encima del nivel pre pandemia de 7.0%.

Por otro lado, la participación laboral cerró el 2021 en 61.9%, todavía por debajo de la observada previo a la pandemia de 63.4%, permaneciendo en niveles similares a los observados en 1976. Entre los factores que han dificultado la recuperación del tamaño de la fuerza laboral se destaca el aumento de las jubilaciones, siendo la tasa de participación de la población de 55 años o más la que muestra mayor rezago respecto al nivel pre pandemia, ubicándose en 38.5% en diciembre del 2021 (Vs. 40.3% febrero del 2020). 

En cuanto a los salarios medios por hora, se observó un aumento de 1.40 dólares durante el 2021, cerrando en 31.31 dólares durante diciembre, registrando nueve meses de aumentos consecutivos. El incremento en los salarios se da ante la dificultad para contratar personal, contribuyendo a las presiones inflacionarias.

Inflación. La principal razón por la que se prevé que la Reserva Federal muestre una postura más agresiva en el 2022 es la alta inflación que ha prevalecido por los últimos 10 meses. A pesar de que la mayor parte de las presiones inflacionarias se deben a la desincronización provocada por la pandemia, se han elevado los riesgos al alza para el componente subyacente de la inflación.

Al cierre del año, la inflación al consumidor de Estados Unidos se ubicó en una tasa anual de 7.0% (Figura 13), acumulando ocho meses por arriba del 5% y ubicándose en su mayor nivel desde junio de 1982. De manera similar, la inflación al productor permanece en niveles altos (9.7% en diciembre). De hecho, al cierre del año, el diferencial entre la inflación al productor y la inflación al consumidor se ubicó en 2.7%, siendo evidencia de que los productores aún pueden ejercer presión sobre los precios y la inflación al consumidor. 

Durante diciembre se moderaron las presiones inflacionarias en el componente no subyacente. Sin embargo, el componente subyacente continuó al alza con una inflación mensual de 0.6%, luego del 0.5% registrado en noviembre. A tasa anual la inflación subyacente fue de 5.5%, la mayor desde febrero de 1991.

Presiones inflacionarias al cierre del año:

1.    Subyacente (inflación excluyendo alimentos y energía, explica el 78.5% de la inflación general), presionada por las disrupciones en las cadenas de suministro y el alza en los salarios. Al interior de la inflación subyacente, que sirve como indicador de la tendencia de inflación en el largo plazo, las presiones se concentraron en el componente de bienes con una inflación anual de 10.7% al cierre del 2021, siendo su mayor nivel desde mayo de 1975. Dicha tasa se vio impulsada por los automóviles y camiones usados (37.3% anual), automóviles nuevos (13.8%) y autopartes (11.3%). Lo anterior debido a la escasez de chips semiconductores, que ha limitado la producción automotriz. En cuanto a los servicios, las presiones son más moderadas, con este componente mostrando una inflación anual de 3.7%. Al interior, los servicios relacionados con la venta de automóviles muestran una inflación anual de 36.0% y el alojamiento fuera de casa de 23.9%. El incremento es resultado principalmente de un efecto de baja base de comparación, pues el sector hotelero y de turismo ha mostrado una recuperación tardía. Hacia adelante los servicios enfrentan riesgos de presiones inflacionarias relacionadas con los incrementos salariales del sector.

2.    Alimentos (explica el 14.0% de la inflación general), presionado por granos (alimento de animales) y costos de transporte. El rubro de alimentos mostró una inflación anual de 6.3% en diciembre, siendo su mayor nivel dese octubre del 2008. La mayoría de las presiones inflacionarias al interior del componente, se da en los alimentos para consumo en el hogar, principalmente en carne de res (18.6% anual) y cerdo (15.1%), asociados a mayores costos de transporte y de alimentación, pues los granos que se emplean para el alimento de estos animales muestran incrementos significativos en el año.

En los últimos 12 meses, el precio del maíz acumula un incremento de 13.36%, mientras que el trigo 10.30%. En cuanto a los energéticos, el precio del WTI acumula un incremento en 12 meses de 58.47%. Por su parte, el ganado vivo acumula un incremento en precio cercano a 21.24% en los últimos 12 meses, mientras la carne de cerdo un incremento de 22.72%. Lo anterior se traduce directamente en incrementos en precios de alimentos para consumo en el hogar.

3.    Energía (explica 7.30% de la inflación general), presionada por la crisis del sector energético.El rubro de energía registró en Estados Unidos una inflación anual 29.3% en diciembre, impulsada principalmente por los precios de la gasolina (49.6% anual), combustóleo (41.0%) y gas en ductos (24.1%).

Expectativas de inflación

En Estados Unidos la inflación general ha observado presiones al alza desde finales del primer trimestre del 2021, primero como resultado de un efecto de baja base de comparación. Sin embargo, las presiones se extendieron por más tiempo, debido al desajuste en las cadenas de suministro. Por otro lado, también se observaron incrementos en precios de transporte, relacionados con la escasez de contenedores y la saturación de puertos clave en China y la costa oeste de Estados Unidos. De forma simultánea, se han observado incrementos en precios de materias primas, principalmente granos y energéticos, presiones que podrían extenderse durante el 2022.

Grupo Financiero BASE estima que la inflación anual promedio en 2022 se ubique cerca de 3.2%, con la inflación permaneciendo en niveles superiores al 6% durante el primer trimestre del año (Figura 15).

Futuro de la política monetaria en Estados Unidos

Debido a que el mercado laboral se ha recuperado de forma consistente, y ante la persistencia de las presiones inflacionarias, se espera que la Reserva Federal muestre una postura monetaria menos flexible durante el 2022, siendo más agresiva en el retiro de estímulos en comparación con la crisis anterior. Bajo este contexto se espera que en el 2022:

  1. Concluya el programa mensual de compra de bonos. Actualmente la Fed está comprando 30 mil mdd al mes (20 mil mdd en valores del Tesoro y 10 mil mdd en valores respaldados por hipotecas). Se espera que para la reunión de política monetaria del 16 de marzo concluya el programa mensual de compra de bonos.
  1. Se anuncie el primer incremento en la tasa de interés, probablemente en la reunión de política monetaria del 16 de marzo. Este sería el primer incremento desde el 18 de diciembre del 2018, cuando se incrementó el límite superior de la tasa de 2.25 a 2.50%. Así, en el 2022 se podrían observar al menos 4 incrementos en la tasa, de 25 puntos base cada uno, lo que indicaría que el límite superior de la tasa de interés de Estados Unidos podría cerrar el 2022 en un nivel de 1.25%. Cabe recordar que, antes de la pandemia la tasa objetivo se ubicaba en 1.75%.
  1. Inicie la reducción en la hoja de balance de la Fed. Actualmente la hoja de balance de la Fed asciende a 8.7 trillones de dólares, muy por arriba de los 4.2 trillones que se registraba previo a la pandemia (Figura 16). Los canales para reducir la hoja de balance son: 1) venta de valores, aunque es poco probable que se utilice esta medida pues presiona al mercado de bonos y podría provocar volatilidad en los mercados, y 2) el cese de inversión del capital, lo que reduce la hoja de balance de forma gradual. 

La reducción en la hoja de balance, que implica una disminución en la liquidez de los mercados, podría comenzar durante la segunda mitad del año, meses después del primer incremento en la tasa de interés, señalando una postura más agresiva por parte de la Fed. Para fines de comparación, entre diciembre del 2015 y octubre del 2017, la Fed esperó 22 meses entre el primer incremento a la tasa de interés (tras ubicarse en 0.25% durante 7 años) y el inicio de los recortes a la hoja de balance.

Mercado de deuda 

La especulación de una postra más restrictiva por parte de la Fed ha tenido un efecto diferenciado sobre el mercado de activos del Tesoro, en cual se puede dividir en dos etapas:

  1. Expectativas inflacionarias: en la primera mitad del 2021 se observaron incrementos en las tasas de interés en instrumentos de largo plazo (bonos del Tesoro), ante la trayectoria al alza para la inflación. Lo anterior llevó a la tasa de interés de los bonos a 10 años a un máximo en 2021 de 1.77% el 30 de marzo. Cabe recordar que las expectativas de inflación tienden a presionar al alza las tasas en instrumentos de mayor plazo, pues la elevada inflación erosiona el valor del dinero en el tiempo.
  1. Expectativas de política monetaria: a mediados del 2021 el mercado comenzó a descontar con mayor fuerza que la Reserva Federal haría el primer incremento de la tasa de interés de referencia en 2022. Lo anterior presionó al alza las tasas de interés a lo largo de la curva de rendimiento, pero más concentrados en instrumentos de menor plazo, en específico notas del Tesoro (de plazo menor a 10 años y mayor a 1 año). El mayor incremento se concentró en instrumentos entre 1 y 3 años, mientras el mercado descontaba los próximos incrementos a la tasa de interés de referencia.

Debido a que las tasas de muy corto plazo (T-bills) están atadas a la tasa de referencia y ésta todavía se mantiene sin cambios, las variaciones en tasa en estos vencimientos son moderados y se concentran en los últimos 6 meses (Figura 17). 

¿Qué se espera en los siguientes meses?

Es probable que durante la primera mitad del 2022 se observe un aplanamiento de la curva de rendimientos, debido a los primeros incrementos esperados de la tasa de referencia en Estados Unidos. Debido a esta expectativa, el mercado podría dar preferencia a instrumentos de mayor plazo, elevando su demanda y limitando las presiones al alza de las tasas de interés en estos instrumentos. En consecuencia, se espera que la tasa de rendimiento de los bonos del Tesoro a 10 años se ubique entre 1.7 y 2.0% en el año, sin observar incrementos significativos. Asimismo, debido a que se esperan incrementos limitados de las tasas de los bonos del Tesoro, el atractivo de mantener posiciones de inversión en instrumentos denominados en dólares estadounidenses podría reducirse, reduciendo la demanda relativa por esta divisa. Esto último asume que no existen choques externos que deterioran el apetito por riesgo en los mercados financieros globales, elevando la demanda por instrumentos libres de riesgo y divisas refugio, como los instrumentos del Tesoro y el dólar estadounidense.

Mercado de capitales 

Durante el año el mercado de capitales se caracterizó por un comportamiento positivo, con la mayoría de los índices mostrando rendimientos anuales significativos. Las ganancias estuvieron impulsadas por tres factores principales: 1) recuperación generalizada, especialmente en los sectores de consumo discrecional, 2) estímulos monetarios, lo que generó mayor liquidez beneficiando la actividad en el mercado de capitales y 3) resultados trimestrales por arriba de lo esperado. 

En 2021, resaltó el S&P 500 al mostrar un aumento anual de 26.89%, siendo su mayor aumento anual desde 2019. Adicionalmente, durante el año este índice marcó 79 máximos históricos. Por su parte, el Dow Jones y el Nasdaq cerraron con ganancias de 18.73% y 21.39%, respectivamente. Asimismo, estos dos índices registraron un total de 52 y 47 máximos históricos.

Para el 2022 se espera que el mercado de capitales permanezca limitado por: 1) posturas monetarias más restrictivas, 2) inflación elevada, 3) nuevas variantes de COVID-19 y 4) probabilidad de que aumenten en las tensiones entre países occidentales y China. Bajo este contexto, el S&P 500 podría mostrar un menor rendimiento al observado en los últimos tres años cuando se observaron ganancias de doble dígito (2019: 28.88%, 2020: 16.26% y 2021: 26.89%). Se espera que el S&P 500 cierre el 2022 en un nivel cercano a 5,000 puntos lo que equivaldría a un rendimiento de 4.91%.

Expectativas económicas 

El crecimiento de Estados Unidos se desaceleró durante la segunda mitad del año debido a: 1) nuevas variantes de coronavirus, 2) mayores presiones inflacionarias, debido a las disrupciones en las cadenas de suministro y 3) retroceso en la confianza del consumidor. No obstante, el PIB logró una recuperación completa de la caída de 3.4% observada en el 2020 y cerró el 2021 con un crecimiento de 5.7%. En el 2022, el crecimiento económico dependerá principalmente de la evolución de la pandemia, así como de la liberación en los cuellos de botella de la cadena de suministro global y la permanencia de las presiones inflacionarias. Bajo este contexto se estima que el PIB de Estados Unidos podría crecer a una tasa anual de 3.5% durante el 2022, seguido por un crecimiento cercano a 2.7% en el 2023.

Cortesía Banco Base 

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