Alemania congeló un nuevo gasoducto y Gran Bretaña golpeó a los bancos rusos con sanciones el martes, mientras Occidente respondía al reconocimiento de Moscú de dos regiones separatistas en Ucrania y a un discurso del presidente Vladimir Putin sugiriendo objetivos más beligerantes.

El parlamento ruso aprobó tratados con las dos regiones separatistas en el este de Ucrania, un día después de que Putin anunciara que estaba reconociendo la independencia de los enclaves controlados por combatientes respaldados por Rusia desde 2014.

La perspectiva de una interrupción del suministro de energía y los temores de guerra, avivada por los informes de bombardeos y movimientos de tanques sin marcar en la ciudad de Donetsk, sacudió los mercados internacionales y hizo que los precios del petróleo aumentaran a su nivel más alto desde 2014.

Alemania es el mayor cliente de gas natural de Rusia, y la decisión del canciller Olaf Scholz de detener el gasoducto Nord Stream 2, construido pero aún no abierto, fue ampliamente vista como una de las medidas más fuertes que Europa podría tomar.