La última ola de sanciones contra Rusia por su invasión a Ucrania ha sumido más profundamente en agitación a la industria bancaria mundial, mientras los países occidentales intentan exprimir el acceso de Moscú al efectivo para su economía y comercio internacional.

Algunos bancos rusos quedarán excluidos del sistema de pagos internacionales SWIFT y, lo que es más importante, otras sanciones tienen como objetivo el banco central del país para impedirle utilizar sus reservas de divisas.

Las medidas tienen como objetivo socavar la capacidad de Moscú para capear las sanciones económicas más amplias, pero también afectan a los bancos occidentales que están expuestos a la economía rusa.