La más reciente trumpada: López Vela – Análisis

Durante años, Donald Trump ha utilizado a nuestro país —migrantes, autoridades, ciudadanos en general— como un blanco fácil de ataque para ganar simpatías entre sus seguidores. No es noticia que las huestes trumpianas sean racistas, nativistas, supremacistas blancos, cercanos al Ku Klux Klan. Los hemos visto desafiar las leyes, arrollar a afroamericanos, defender el uso de las armas, a pesar de las muertes que deja entre los jóvenes.

Sabemos quiénes son, qué quieren y cómo operan. Por eso, las más recientes declaraciones de Trump, en las que le falta al respeto al Presidente López Obrador y al canciller Ebrard eran anticipables pero, no por eso, menos importantes. Las palabras de Trump, aunque dirigidas a las autoridades actuales, son, nuevamente, una ofensa a nuestro país, a nuestro Ejército, a todas y todos los mexicanos.

Que un precandidato sostenga en un mitin que “dobló” a nuestro presidente y que consiguió 25 mil efectivos “gratis” es algo que no se puede dejar pasar pues, a diferencia de otras voces, estas palabras sí son una afrenta a la investidura presidencial y cuestionan la soberanía nacional.

El actual Gobierno de México ha sido reacio a las críticas de los periodistas y de los analistas políticos. A cada señalamiento, la Presidencia de la República ha respondido directamente: a veces, con hechos y aclaraciones; las más, con descalificaciones, o ataques personales al punto que, lamento escribirlo, se han documentado claras ofensivas a la libertad de expresión.

Lo de Trump, en cambio, es diferente pues no se trata de un señalamiento puntual o fundado; tampoco es una diferencia de opiniones. Considero que las declaraciones de Trump son tan groseras como un escupitajo; y, eso, no se puede dejar pasar.

¿Cómo explicar a los soldados que fueron desplegados porque un extranjero “dobló” a su jefe supremo? ¿Cómo justificar el uso presupuestario? ¿En dónde queda el discurso de la soberanía nacional? ¿Quiénes son responsables por las violaciones a Derechos Humanos realizadas en la frontera?

A muchos nos sorprendió que López Obrador asistiera al acto de campaña para la reelección de Trump, después de haber visto cómo había menospreciado la hospitalidad brindada por el Presidente Peña Nieto, en su primera campaña. Hoy, la participación no sólo sorprende, además duele pues el primer mandatario respaldó la reelección de quien había ninguneado y menospreciado a México, a su Ejército y a sus ciudadanos.

Ojalá que la Presidencia y la Cancillería no dejen pasar esta insolencia; los señalamientos dicharacheros aumentan el agravio que sentimos los mexicanos, pues lo que corresponde es pedir el respeto que corresponde en el trato entre socios.

Los verdaderos enemigos de México no son las voces críticas internas; tampoco, los que difieren en enfoques políticos o partidistas. La amenaza real es quien utiliza a nuestros presidentes durante sus campañas para, después, mofarse de ellos y ofender a todos los ciudadanos mexicanos: Donald Trump —y los intereses que representa—.

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