Un alto funcionario del gobierno ruso planteó la posibilidad de que Moscú derribar satélites comerciales occidentales que se están utilizando para ayudar al esfuerzo de guerra de Ucrania, mientras Rusia siguió adelante con su campaña de bombardeos contra la infraestructura ucraniana.
Si se actuara, la amenaza inevitablemente plantearía temores sobre la escalada en espiral del conflicto de ocho meses y el riesgo de confrontación directa entre Rusia y Occidente.
No hubo una reacción inmediata de los Estados Unidos ni de los proveedores comerciales de satélites.
Konstantin Vorontsov, un alto funcionario del Ministerio de Relaciones Exteriores ruso, dijo que el uso de satélites occidentales para ayudar al esfuerzo de guerra ucraniano era “una tendencia extremadamente peligrosa”.
“La infraestructura cuasi civil puede ser un objetivo legítimo para un ataque de represalia”, dijo al Primer Comité de las Naciones Unidas, y agregó que el uso de tales satélites por parte de Occidente para apoyar a Ucrania fue “provocativo”.