Política migratoria de Estados Unidos fomenta el crimen organizado en la frontera

Según datos de la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos arrojan que desde 1994 hasta la fecha, el número de inmigrantes detenidos en la frontera sur ha sido cambiante.

Así, en el 2000 se registraron 1,6 millones, en 2017 fueron 300,000 y para 2022 se registraron 2,200 millones. Estas estrategias fomentaron el aumento del crimen organizado en la frontera de México, menciona el medio especializado en crimen.

Durante el gobierno de Bill Clinton en 1994, la patrulla fronteriza implementó una Migrantes (MPP en sus siglas en inglés) y el Título 42. En estas se planeaba que los migrantes en busca de asilo, esperaran su audiencia en territorio mexicano.

Medidas que obligaron a los migrantes a permanecer en la frontera de México y los orillaron a buscar nuevas vías de ingreso, mismas que estaban manejadas por grupos criminales. De esta forma lo menciona Rebekah Wolf, asesora de políticas de la Campaña de Justicia de Inmigración del Consejo de Inmigración de Estados Unidos para InSight Crime

Esto crea un mercado para que la gente busque vías de paso de nuestra frontera por fuera de los puertos de ingreso, y dicho mercado lo cubre el crimen organizado”

Así, el servicio de coyotes fue cada vez más solicitado por las personas que buscaban una oportunidad en Estados Unidos. Esto trajo como consecuencia un aumento en las tarifas y cuotas manejadas por los grupos organizados. Algunos tenían a su cargo albergues improvisados y les cobraban $100 dólares a cada migrante que pasara por las zonas controladas por ellos. No obstante, también había grupos criminales encargados de secuestrar y extorsionar a los migrantes en la frontera, según el medio especializado en crimen.

En suma, de acuerdo con el medio de comunicación especializado en crimen, las políticas para frenar el paso de migrantes al territorio de Estados Unidos fomenta el crimen organizado en la frontera. Pues al dificultar los procesos y vías de acceso al país, los migrantes se han visto obligados a buscar nuevas formas de ingreso, con lo que se enfrentan a diferentes peligros que envuelven al crimen organizado.

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