El pasado 9 de febrero, agentes de inmigración arrestaron al mexicano Juan Carlos Hernández Pacheco en una pequeña ciudad de Illinois, sin embargo, los oficiales no sabían que con su detención iban a poner de manifiesto las contradicciones de la nueva política migratoria de Donald Trump y de la comunidad en la que Hernández ha vivido por años.

El mexicano, propietario del restaurante “La Fiesta Mexicana” desde hace una década, recibió el apoyo del alcalde, el jefe de policía y otras figuras prominentes de West Frankfort, localidad partidaria del republicano Donald Trump.

Tras su libertad, Hérnandez dijo a The New York Times que se siente aliviado, cansado y “asombrado por la cantidad de apoyo” que recibió.

Las autoridades del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos (ICE, por sus siglas en inglés), no dieron explicación de los motivos por los cuales arrestaron a Hernández, pero señalaron que en 2007 fue condenado por conducir ebrio.

La comunidad de 8 mil personas, desconocían que Hernández Pacheco fuera un residente ilegal hasta su detención, lo que complicó sus puntos de vista sobre la política de inmigración.

Con información de AP

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