La antigua sede de la Cámara de Senadores, en el Centro Histórico de capital, fue testigo de los 55 años de relaciones diplomáticas entre México y Corea y para celebrarlo albergó un desfile de traje tradicional coreano “hanbok”, así como de vestidos contemporáneos elaborados en papel “hanji”.

Un tambor tradicional coreano comenzó a sonar para anunciar la llegada de un artista de ese país, que en un emotivo performance de poco más de cinco minutos escribió con caligrafía coreana la palabra Cielito Lindo.

En el marco de la celebración, se llevó a cabo el desfile de modas Jeonbuk-Do Maravilloso y luego de un mensaje de bienvenida del senador Miguel Romo Medina, en el que resaltó que además ambas culturas celebran los cinco años del Centro Cultural Coreano, así como las coincidencias como el valor de las tradiciones de ambas naciones, dio inicio el desfile de modas.

Los vestidos tradicionales hanbok, compuestos por tres piezas, una blusa con mangas amplias, un cinturón o faja que va arriba de la cintura y una falda larga, convivieron con los contemporáneos diseños elaborados en papel tradicional coreano.

Algunos de los modelos contemporáneos diseñados con ese papel, tenían aplicaciones de flores de ese mismo material y olanes voladores, algunos de ellos eran más formales que otros, pero todos destacaron por su confección.

Poco después de la pasarela, la música tradicional de ese país, conocida como pungmul, resonó entre las paredes de ese recinto; así, de manera paulatina ingresaron en el escenario algunos músicos que al sonido de diferentes tipos del tambor fueron animando a los asistentes.

El pungmul es una puesta en escena que hace referencia a las tareas agrícolas de aquel país, y además del sonido de los tambores incluye danzas y acrobacias, todo acompañado de trajes tradicionales en colores predominantemente negros y blancos con cintas de colores amarillas y rojas, así como sombreros aderezados con más listones y plumas.

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