Qué nos puede ayudar a cumplir las resoluciones financieras de Año Nuevo

 

 “Yo pienso en términos de resoluciones del día; no del año.” Henry Moore, escultor inglés

En muchos países, algunos de los propósitos de Año Nuevo más frecuentes se relacionan con la situación y los hábitos financieros de las personas.

En México, una encuesta publicada hace un año por consulta Mitofsky puso en un lejano 11ª y 13º lugares los temas relacionados con estar bien económicamente y ahorrar; anteponiéndose temas como conseguir trabajo, bajar de peso, mejorar la salud y estudiar.

Para algunas personas, los propósitos financieros no se colocan en primer lugar porque tienen la percepción (sólo parcialmente fundada), de que resolver estos temas no depende exclusivamente de su voluntad. Creen que una limitada orientación al ahorro es consecuencia de un bajo nivel de ingresos y que por ello su mejora no está a su alcance. Sin embargo, si bien factores como el nivel de ingreso promedio de la economía, los niveles de inflación o la inestabilidad financiera no son controlables por las personas, la creación de mejores hábitos financieros si está alcance de la mayoría y tiene una incidencia relevante en la construcción del bienestar económico futuro.

Por ello, la búsqueda de mejores hábitos financieros, si puede y debe ser considerado un objetivo de Año Nuevo fundamental por su impacto y trascendencia futura.

Como todos los objetivos y metas que nos ponemos la posibilidad de alcanzar su cumplimiento es limitada y frecuentemente condicionada por factores relacionados con la conducta.

En la mayoría de los casos, los propósitos de Año Nuevo involucran el abandono de hábitos anteriores y la creación de nuevos hábitos; por lo que es importante considerar una serie de recomendaciones puntuales que permiten, no solo construir, sino sostener a lo largo del tiempo los nuevos hábitos deseados.

Distintos estudios muestran por ejemplo que existe una correlación significativa entre el sostenimiento de un nuevo hábito deseado y la capacidad de creación de motivadores internos no relacionados con recompensas y castigos específicos (así lo apuntan estudios relacionados con la teoría de la autodeterminación).

Una recomendación al respecto es el establecimiento de metas macro que representen el gran objetivo general que se pretende alcanzar, pero acompañándolas de “micro cuotas”, que se refieren a la cantidad mínima de actividad o esfuerzo relacionado con nuevo hábito, que se tiene que llevar a cabo cada día para alcanzar la meta global. Si mi propósito es ahorrar más, mi meta es

ahorrar el 10% de mi ingreso y la micro cuota es cuánto tengo que ahorrar o dejar de gastar cada día.

Otra recomendación es lo que se conoce como el establecimiento de “cadenas de conducta” y que se refiere a que, más allá de alterar total y significativamente la conducta previa, se establezcan patrones vinculados con conductas actuales, pero orientados a la generación de los nuevos hábitos. En términos financieros, implicaría, por ejemplo, más allá de pensar que mi objetivo es gastar menos, plantearlo en términos de “en mis salidas con amigos limitaré lo que pida a X cantidad de dinero”. Ello permite montar un nuevo patrón de conducta sobre una conducta existente, lo que incrementa las posibilidades de construir el hábito en el tiempo.

Otro elemento importante (derivado de estudios realizados en UCLA), se refieren a la forma de visualizar el proceso para la construcción del nuevo hábito. Ello implica imaginar las acciones vinculadas con el nuevo hábito como un proceso concreto, sin que implique una fantasía excesiva sobre el mismo. Un ejemplo, sería visualizar qué mecanismos semanales de ahorro llevaré a cabo y en que invertiré semanalmente el ahorro; pero sin fantasear exclusivamente sobre un supuesto enorme ahorro final que gastaría al concluir el año.

Aprovechar un cambio de ciclo, aun cuando sea arbitrario, para mejorar nuestros hábitos puede ser un buen comienzo para empezar a construir el bienestar financiero que anhelamos para nosotros y nuestras familias.

Les deseo un 2018 con salud y trabajo para Ustedes y sus familias.

El autor es politólogo, mercadólogo, especialista en economía conductual, profesor de la Facultad de Economía de la UNAM, columnista en El Economista y Director General de Mexicana de Becas, Fondo de Ahorro Educativo. [email protected] – síguelo en Twitter @martinezsolares

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