A pesar de un entorno volátil, la moneda mexicana ha tenido un inicio de año positivo

A pesar de un entorno volátil, complicado y de mayor aversión al riesgo, la moneda mexicana ha tenido un inicio de año positivo, apreciándose respecto a su valor de cierre y por momentos ubicándose en su mejor nivel desde octubre pasado (alrededor de $19.30 por dólar spot).

El peso todavía trae la inercia de los días previos del año pasado, en el que se vio favorecido por la presentación del Gobierno Federal de un Paquete Económico para el 2019 creíble y que no pone en riesgo la estabilidad económica y financiera del país, el acuerdo de recompra con los tenedores de bonos del aeropuerto de Texcoco y al exterior el cambio en el tono del mensaje de la Reserva Federal de EUA en el sentido de que podría llevar a cabo menores alzas de tasas de interés en los próximos meses a lo anticipado.

Además, le favorece en estos primeros días del año el anuncio de que EUA y China reanudarán los encuentros bilaterales para buscar encontrar una solución a su conflicto comercial y los recientes comentarios del presidente de la FED al asegurar que serán sensibles a los riesgos bajistas y flexibles a la confirmación de cambio en el desempeño económico de EUA. Powell agregó que el banco central no está en una senda predeterminada de alzas de las tasas de interés, dejando entrever que podría hacer una pausa en su proceso de alzas (incluso en lo referente a la reducción del balance de activos).

Esta inercia todavía le puede ayudar a que la apreciación se mantenga en el corto plazo y que por momentos la moneda intente acercarse hacia los $19.0 spot en los próximos días o semanas. Sin embargo, existen múltiples elementos que podrían cambiar este sentimiento optimista.

2019 se perfila como un año complicado, ya que presenta varios frentes inciertos con riesgo abiertos y con una perspectiva menor de crecimiento económico mundial a la de los últimos años.

Con ello, regresarán los episodios de volatilidad en los mercados financieros globales y locales que observamos en meses anteriores. Los temas no son muy distintos a los de 2018, ya que van desde la guerra comercial entre EUA-China y la probable intensificación de la retirada de liquidez de los principales bancos centrales en el mundo.

En este sentido, existen condiciones internas y externas para que el mercado cambiario mexicano pueda operar con altibajos a lo largo del año, dependiendo del desenlace de los principales temas inciertos que podrían afectarle. Los principales factores que al momento se identifican podrían generar movimientos en el comportamiento del peso mexicano son:

Guerra comercial. A pesar de que Estados Unidos y China acordaron una tregua temporal en su guerra comercial, las fricciones comerciales entre ambos países están lejos de resolverse, con la posibilidad de que se compliquen, en temas no sólo puramente comerciales. Esto es, podrían crecer las acusaciones a China de robo de propiedad intelectual, injerencias políticas y restricciones a la inversión por parte de la administración Trump.

Desaceleración de la economía global. El crecimiento global pierde fuerza y el riesgo de una recesión en EUA será un tema recurrente en los mercados, aunque no consideramos que se materialice en 2019. El otro gran polo de actividad, China, debería confirmar el proceso de “estabilidad económica” en el que se encuentra desde hace unos años. Esto se traduce en fuertes episodios de aversión al riesgo.

Política monetaria. Por primera vez en casi una década, el balance agregado de los bancos centrales se reducirá. Esta normalización monetaria llega en un momento en el que la economía mundial crecerá por debajo de su potencial tras una larga racha alcista. La Reserva Federal, pese a las presiones de Trump y de los inversionistas, estima subir este año dos veces más las tasas de interés (el mercado contempla que la autoridad dejaría sin cambios la tasa en 2.5%, incluso barajea la posibilidad de recortes en la tasa). Por su parte, el Banco Central Europeo (BCE) ha puesto fin al programa de compra mensual de bonos y podría comenzar a llevar a cabo alzas en sus tasas de interés a partir del último trimestre de 2019. Una política monetaria restrictiva impacta de forma negativa a las monedas de economías emergentes, incluido el peso mexicano.

Brexit. Faltan poco menos de tres meses para que el Reino Unido de forma oficial abandone la Unión Europea (29 de marzo). Está previsto que la votación en el parlamento británico sobre el plan de salida se produzca este próximo 15 de enero. Por el momento, todo apunta a que será rechazado por el parlamento, lo que abre un abanico de posibilidades, desde un Brexit sin un acuerdo comercial, pasando por un segundo referéndum hasta su cancelación. En el ínter, la indefinición de cómo sería la salida del bloque comunitario podría generar episodios de aversión global al riesgo, perjudicando a las monedas emergentes.

Petróleo. El precio del commoditie estará muy sujeto a preocupaciones por una menor demanda global, un creciente aumento en la producción de crudo y de sus inventarios y a posibles acuerdos adicionales entre la OPEP y Rusia para limitar las exportaciones. México es considerado por los inversionistas como una de las economías más susceptibles a los vaivenes en el precio del petróleo (por su relevancia en los ingresos del sector Público) y por ello, el peso mexicano se vuelve muy sensible a su comportamiento.

Riesgo político interno. Con el cambio en Administración Pública en México, más que la parte del desempeño económico del país, los inversionistas tendrán que considerar en sus decisiones el riesgo político, sobre todo a raíz de las dudas que han generado decisiones como la cancelación del proyecto del aeropuerto en Texcoco y otras iniciativas en el Congreso (comisiones bancarias, afores, inversión en minería). Por lo pronto, un aparente éxito del programa de recompra de los bonos del aeropuerto y un paquete económico 2019 que muestra prudencia fiscal, han ayudado a calmar y recuperar un poco la confianza de los inversionistas, a reducir la incertidumbre y obtener un voto de respaldo por parte de las agencias calificadoras. Pero esta confianza estará sujeta a futuras decisiones, en particular a medidas vinculadas al sector energético y en el plan de negocios de Pemex. Esta incertidumbre sobre la forma de tomar decisiones por parte de la Nueva Administración, se podría traducir en episodios de volatilidad para la moneda mexicana.

Comentario final

El año pasado, la diferencia alcanzada entre el valor máximo y mínimo del tipo de cambio fue cercana a tres pesos. Es probable que este diferencial se repita este año. Así, observaremos más de un episodio de volatilidad en el año, que dependerán de la evolución o desenlace de los factores antes descritos (es probable que incluso surjan otros elementos de incertidumbre imprevistos inicialmente). Con ello, la moneda podría fluctuar en un rango entre $18.5 y $21.5 spot en 2019.

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.