Francia votó en segundas vueltas para las elecciones regionales el domingo que podrían dar a la extrema derecha su primera base de poder regional y cambiar el equilibrio entre los pesos pesados políticos que compiten por la pole position en la carrera presidencial del próximo año.

La primera ronda del domingo pasado resultó terrible para el presidente Emmanuel Macron, cuyo partido está en camino de no ganar ninguna de las 13 regiones de Francia, pero también fue decepcionante para el líder de extrema derecha Marine Le Pen.

Un factor sorpresa de estas elecciones ha sido la tasa récord de abstención, lo que hace que las contiendas sean particularmente difíciles de predecir para los encuestadores.