Rafael Nadal recuperó su aura de invencibilidad sobre arcilla al aplastar brutalmente a Casper Ruud para levantar el trofeo del Abierto de Francia por una increíble decimocuarta vez y ampliar la brecha en la parte superior de la lista masculina de todos los tiempos de ganadores del Grand Slam.

Norwegian Ruud se convirtió en la última víctima de una larga línea de rivales que han intentado sin éxito derrotar al español en la final de Roland Garros desde que Nadal ganó su primer título en la arcilla roja en 2005.

Había una sensación de deja vu cuando el español, que cumplió 36 años el viernes, completó una paliza de 6-3 6-3 6-0 en una tarde cálida en París para mantener su tasa de éxito del 100% en la ronda del campeonato en el Claycourt major.

En los últimos 12 meses, Nadal contempló su jubilación debido a su batalla contra un problema crónico del pie, se vio obligado a pasar seis semanas al margen después de sufrir una fractura por estrés en una costilla en marzo y no estaba seguro de si podría competir en París después de luchar con su pie en Roma.