General Motors Co y Ford Motor Co están a punto de reproducir un guión que han jugado muchas veces antes, tratando de convencer a los inversores de que pueden superar una recesión sin deslizarse a la red.

Los analistas han estado recortando los objetivos de precios de las acciones y las estimaciones de beneficios para los fabricantes de automóviles de Detroit en las últimas semanas, junto con las perspectivas optimistas para la economía mundial. Los altos precios de la energía, el aumento de las tasas de interés, la inflación, las cadenas de suministro gruñidas y la persistente persistencia del virus COVID son un mal augurio para las ganancias de los fabricantes de automóviles, dijeron los analistas.

Al mismo tiempo, algunos analistas dicen que una recesión podría ser leve y que la demanda de vehículos podría recuperarse más rápidamente que en el pasado. Una gran diferencia con las desaceleraciones anteriores es que los concesionarios estadounidenses de GM y Ford no están sentados en grandes inventarios de vehículos no vendidos que tendrían que ser descontados para vender.

“Creemos que la configuración en un horizonte plurianual se está sesgando más positivamente”, escribió el analista de Bank of America John Murphy en una nota, citando inventarios magros y la demanda reprimida de los consumidores que retuvieron la compra a medida que los vehículos se volvían escasos y caros.