El decálogo de Ricardo Monreal para que los jóvenes  desarrollen una vida productiva

Se dice que un decálogo es un conjunto de 10 oraciones que muestran las normas o reglas que deben seguir un conjunto de personas en una institución para que el funcionamiento de esta sea correcto.

Desde hace unos años, se han implementado en las empresas y compañías para mejorar el ambiente entre los trabajadores.

La palabra decálogo proviene del griego dekalogos y para encontrar su significado podemos dividirlo en dos partes bien diferenciadas: deka que significa diez y logo que significa palabra o expresión. El decálogo más famoso del que disponemos son los diez mandamientos de la Biblia.

Ahora bien, las normas que hay escritas en un decálogo no son instrucciones sobre cómo hay que hacer cierta actividad, sino que describen un comportamiento óptimo basado en reglas éticas. Si todo el mundo sigue el decálogo se podrán evitar muchos conflictos en los lugares donde se pasan más horas del día.

Normalmente, estos decálogos se crean en comunidades que pasan muchas horas juntas y tienen que compartir muchas situaciones y momentos tensos. Por eso tanto las escuelas, como los puntos de trabajo es recomendable que puedan tener un decálogo adaptado a su comunidad.

Con esta visión y con la experiencia de 42 años de servidor púbico, Ricardo Monreal  ofrecería, en la clausura del Taller Legislativo “10 por México”, un decálogo para que las y los jóvenes desarrollen una vida productiva como servidores públicos o en el sector privado.

Entre los criterios que recomienda el líder de la mayoría legislativa de la Cámara Alta, sobresalen el que no sean víctimas de sus propias debilidades; ya que es muy fácil, como joven, generar una posición endeble o una posición llamativa al lujo y al exceso. No lo acepten.

Alejarse de la vanidad, porque la vanidad de los hombres, de los gobernantes, de los representantes populares y de los ciudadanos acarrea males, acarrea regresiones, frustraciones y problemas serios que contrarrestan y generan condiciones de desequilibrio.

Otra recomendación, que cuiden su vida privada, porque aparentemente no tiene que ver nada con la vida pública y no es así. La vida privada inevitablemente repercute en lo público y cada vez más la vida privada es más pública.

Que expresen su amor al prójimo, a la patria, a sus semejantes. Lo que Monreal llama la virtud de la República. Maquiavelo decía: “La virtud de la República, es decir, el amor a la igualdad, no es una verdad moral ni una verdad cristiana, es la virtud política”.

También los exhortaría a evitar el egocentrismo, porque los afanes democráticos se esfuman o se pierden en un afán egocéntrico.

Y a alejarse de la soberbia, pues, desde su punto de vista, es un efecto pernicioso y un defecto político; ya que es un error asumir actitudes de soberbia en una sociedad, sobre todo, cuando se pretende ser servidor o representante popular.

Los invitaría a sacudirse la frivolidad y la indiferencia, porque con ellos se abstrae de la realidad; pues al asumir estas actitudes se propician vicios graves, como la opacidad, la complicidad, el abuso y el tráfico de influencias. Esto al final desencadena en degradación y también decadencia.

Y los exhortaría evitar el fingimiento político, porque esto destruye las vidas y también te genera una destrucción de la sociedad.

Para el coordinador de la bancada de Morena, la ley es la vida de los Estados, lo que obliga aceptar y cumplir las normas que se viven en sociedad; ya que el político que está destinado a ser servidor público tiene que actuar con sensibilidad y ver lo que ocurre en su entorno, así como no mentir, pues las mentiras políticas son una bofetada a la sociedad.

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.