El sector restaurantero de Acapulco enfrenta grandes daños estimados entre tres mil 500 y cuatro mil millones de pesos (200 – 230 millones de dólares) debido al impacto del huracán Otis, según estimaciones de la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (Canirac).

Estos daños incluyen la pérdida de utensilios, mobiliario, equipos de cocina y otros recursos esenciales.

De los cinco mil restaurantes y negocios de comida en Acapulco, se estima que alrededor del 75% ha sufrido daños mayores, mientras que el restante 25% presenta afectaciones menores, informó Germán González Bernal, presidente nacional de Canirac.

En el contexto de la temporada vacacional de diciembre, se espera que entre 30 y 90 restaurantes puedan recibir turistas, coincidiendo con eventos como el Tianguis Turístico, programado para abril de 2024 y que mantendrá su sede en Acapulco.

Resulta preocupante que solo el 5% de los negocios afectados contaban con seguro, en contraste con otras industrias como la hotelera, que tiene una mayor cobertura asegurada.

Según la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS), las pérdidas en bienes asegurados de empresas, centros comerciales y restaurantes ascienden a nueve mil 112 millones de pesos.

González enfatizó la necesidad urgente de apoyo financiero para la reconstrucción, especialmente para el 95% de los restaurantes que son negocios familiares o de empresarios pequeños y que requieren asistencia para recuperarse.

A nivel nacional, se ha registrado la apertura de 120 mil unidades económicas sin cierres, luego de la recuperación tras el impacto financiero de la pandemia de COVID-19. La industria restaurantera en su conjunto tiene un valor estimado en 300 mil millones de pesos y se proyecta un aumento del 4% para el próximo año, con entre 80 mil y 90 mil aperturas previstas.