Moody’s Investors Service degradó la calificación de Petróleos Mexicanos (Pemex) de B1 a B3, citando un continuo deterioro en su calidad crediticia y una creciente dependencia del respaldo gubernamental.

La rebaja sitúa a Pemex en el sexto escalón en grado especulativo de la escala internacional de la agencia calificadora, con una perspectiva “negativa” que indica posibles futuras rebajas.

La agencia expresó preocupación sobre la capacidad de México para respaldar a Pemex, especialmente ante un posible aumento del déficit fiscal debido a mayores gastos sociales y proyectos de infraestructura.

Moody’s prevé un aumento en las necesidades de liquidez de Pemex en los próximos años, lo que podría desafiar la disposición del gobierno para respaldar sus obligaciones financieras.

La rebaja también refleja la posibilidad de que el gobierno proponga transacciones con descuento o recompras de deuda, lo que Moody’s considera un incumplimiento de facto.

Esta decisión de Moody’s contrasta con la mejora en la perspectiva de Pemex por parte de Fitch, que citó el compromiso del gobierno de inyectar capital en la empresa para afrontar sus vencimientos de deuda.

Sin embargo, Moody’s señala que los vencimientos de deuda de Pemex alcanzarán su punto máximo en 2026, mientras que la empresa enfrenta pérdidas operativas significativas en su negocio de refinación.

La perspectiva “negativa” de la calificación de Pemex refleja las expectativas de Moody’s de un deterioro continuo en sus métricas crediticias a menos que se implementen reformas estructurales en su estrategia comercial.