A unos días de que llegue la Nochebuena y la Navidad, Santa Claus prepara ya su trineo para llegar a muchos hogares del mundo, a donde irá cargado de regalos y buenos deseos, por lo cual ha empezado desde hace varias semanas sus compras de temporada.
Ya sea en centros comerciales, tiendas departamentales y hasta en puestos ambulantes, Santa se encuentra en plena elección de sus regalos, desde ropa, perfumes, joyería, calzado, artículos de belleza, decoración, electrodomésticos, juguetes y otros artículos.
Sin embargo, cómo esta labor es ardua y requiere mucho tiempo, ha pedido a algunos mexicanos que le ayuden en este esfuerzo titánico, por lo que Leticia Ortiz desde temprano acudió al Zócalo capitalino a escoger algunos artículos como ropa y juguetes para regalar.
De acuerdo con sus “cuentas”, pretende gastar entre mil y mil 500 pesos, pues bien vale la pena hacer un pequeño esfuerzo por los seres queridos, en especial por su hija de cinco años, quien tiene un problema motriz, pero quien está muy ilusionada con los regalos que le esperan debajo del árbol navideño.
Asimismo, Pedro, un millennial de 28 años, asiste a una plaza comercial para adquirir su regalo de intercambio familiar; aunque el sorteo se hizo desde noviembre pasado, dice que no ha tenido tiempo de comprarlo, por lo que este será el día en que lo haga, pero no tiene la menor idea de lo que obsequiará, ya que le tocó su hermana y es muy “especial”.
Mientras que Laura, una chica de 19 años, hace mucho que dejó de creer en Santa Claus y ella se compra sus propios regalos, por lo regular no participa en intercambios ni los que realizan en la escuela ni los que organizan en su casa, porque nunca le dan lo que ella quiere.
Siempre recibe artículos que terminan en la basura ya que no los utiliza, y su mamá por lo regular le regala vestidos, maquillaje, cosas muy “de niña” y que a ella no le gustan, por lo cual ha decidido este año autoregalarse y así todos quedan contentos.
En tanto, Juan Pablo Estrada de 32 años, acudió a un centro comercial a comprar ropa y regalos para sus hermanas, y hasta el momento ha invertido 10 mil pesos aproximadamente en calzado, libros, pijamas, calcetines, pines, artículos de diseño, un teléfono celular, envolturas y dulces.
Ha gastado esa cantidad de dinero porque así demuestra cuánto las quiere y además porque es el hombre de la familia y tiene que “quedar bien”, y porque siempre es bonito ver el árbol de Navidad lleno de regalos.
Por otro lado, aunque lleva muchos regalos para obsequiar, no siempre está conforme con lo que recibe, pues muchas veces él invierte mucho dinero en un producto y no recibe la misma calidad, lo cual lo “saca de onda” pues le hace pensar que entonces no lo quieren tanto.
Del lado contrario está Juan, un chico de 28 años que tiene una hija de seis años de edad y que la Navidad le provoca alegría, nostalgia y disfrutar con la familia esta época.
Acudió al centro a realizar sus compras porque puede comprar con poco dinero muchas cosas y sacarle provecho a lo poco que gana.
Planea gastar dos mil pesos en la compra de regalos, los cuales se dividirán entre su esposa y su hija, además tiene que ir encargando los juguetes que le llevarán a su pequeña los Reyes Magos el próximo 6 de enero, por lo cual tiene que planificar muy bien sus gastos.
A su vez, Paola de 21 años de edad, estudiante de informática de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) realizó una ruta en diversos comercios como bazares, librerías, centros comerciales y tiendas independientes, donde compró los regalos para ella, sus hermanas y su mamá.
Los obsequios van desde stickers, libros, productos de diseño, hasta artículos hechos a mano por artesanos mexicanos, pues está muy enfocada en apoyar al comercio local, ya que considera que puede encontrar muy buenos productos a un precio justo y ayudar a crecer la industria nacional.
De la misma manera, buscará envolver sus regalos con productos reciclados, pues siempre ha buscado innovar en ese sentido y sus regalos destacan por ser originales y amigables con el medio ambiente.
De esta manera, muchas de las calles de la Ciudad de México se llenan del famoso grito de los vendedores ambulantes “llévele, llévele” o “acá está más barato güerita”, así como de los aparadores del comercio establecido donde lucen cartones con ofertas, y todo para que Santa Claus llegue puntual a sus casas y haga felices a sus hogares.
NTX
