Una exposición en el museo de Messmer, en la localidad de Riegel, en el suroeste de Alemania, saca del anonimato a las mujeres que marcaron el arte del artista español Pablo Picasso (1881-1973) para ponerlas en el foco de su obra.

La muestra “Picasso y las mujeres”, que puede verse hasta mediados de noviembre en el museo de la localidad cercana a la ciudad de Friburgo, intenta abrir nuevos caminos a la hora de ver la obra del artista malagueño, en lugar de limitarse al artista y su obra.

Muchas de las féminas de la vida de Picasso sirvieron como musas de sus obras, posando como modelos y caracterizando su arte. Por ello fueron inmortalizadas en su trabajo y se convirtieron en una pieza de la historia del arte.

Pero otras muchas también eran artistas y sus obras cuelgan ahora en los muros del museo junto a las del artista universal, para adquirir su propia historia.

“Las mujeres desempeñaron un importante papel en la vida de este gran pintor”, señaló el responsable del museo, Jürgen A. Messmer. “Sus musas le sirvieron como una fuente inagotable de inspiración, influyeron su obra y enriquecieron su vida y su trabajo”, añadió. Y durante años fueron cambiando su arte.

La muestra expone en más de 120 obras imágenes de mujeres para mirar al mismo tiempo más allá: para contar la historia de quienes se convirtieron en objetos de su arte y que con frecuencia tomaron después sus propios caminos.

Y también para mostrar su propio arte, como los numerosos cuadros, dibujos y fotografías de François Gilot, Dora Maar y Fernande Olivier que pueden verse en la muestra.

“Algunas de las mujeres en la vida de Picasso estaban activas en el mundo del arte y tenían un considerable talento”, señaló Messmer.

“Se beneficiaron, dijo, de la cercanía del genio del arte, pero al mismo tiempo siempre estuvieron a su sombra, de la que difícilmente o de ninguna manera se podían desprender”.

La muestra expone los trabajos de las mujeres que quedaron en la oscuridad y donde la influencia del artista malagueño es en muchos casos visible.

Sylvette David, de 83 años, es una de las mujeres que fascinaron al artista. En 1953, cuando tenía sólo 19 años, sirvió como modelo al pintor, de entonces 73 años.

La joven con flequillo y el pelo recogido en una cola de cabello alta se convirtió en el icono estilístico del artista en aquellos tiempos, e incluso inspiró el estilo de Briggite Bardot.

Conoció a Picasso en la primavera de 1954 en Vallauris, en Francia, un pueblo de la Costa Azul, cuando el artista invitó a cenar a Toby Jellinek, un artista vanguardista que hacía muebles de metal forjado y quien le había comprado algunas piezas.

Fascinado por la belleza de Sylvette, esbelta, rubia y con la melena recogida, representaba el ideal femenino de belleza en aquellos años y deslumbró a Picasso, que pronto le propuso posar para él.

Inspiró las más de 50 obras de la serie de retratos “Sylvette” que Picasso hizo sólo en tres meses y que se convirtieron en uno de sus trabajos más conocidos.

“Me siento como la Mona Lisa porque el famoso Picaso me mirara a mí”, recuerda hoy en día la mujer. “Entonces no tenía nada claro qué difusión iban a tener los cuadros y si iban a tener éxito”, indicó.

Sylvette, quien hoy se llama Lydia Corbett, se convirtió en artista tras conocer a Picasso. Más de 20 de sus obras, todas en manos de coleccionistas privados, pueden verse ahora en Riegel.

Hace unos tres años, el museo de Bremen, en el norte de Alemania, ya le dedicó una exposición. Si hoy pudiera decirle algo al artista, señala, le diría que no lamentó haberlo conocido.

Pero la muestra deja también al descubierto el lado oscuro del gran artista, explicó Stefanie Thomas, artífice de la exposición: “Picasso puso obstáculos e intentó evitar el éxito de las mujeres que no se sometieron a él y que tomaron sus propios caminos artísticos”. Algunas galerías se negaban a exponer sus obras porque Picasso intervenía para impedirlo.

Por ello la exposición se convierte también en un reflejo de la sociedad de aquellos tiempos, de la relación entre hombres y mujeres y del cambio de la imagen y el rol de la mujer.

NTX/MiHeL