Lo mejor de México y para México en 2017

Ante un horizonte que algunos califican de difícil y otros de desafiante, los mexicanos no tenemos opción: hay que mantenernos unidos en nuestra diversidad y con una mentalidad de trabajo y de confianza en nuestras capacidades.

No se trata de optimismo fácil, sino de compromiso.

Los desafíos de 2017 no se van a resolver solos ni pueden dejarse a la inercia. Hay que enfrentarlos con acción y buen ánimo, el cual no soluciona los problemas pero hace posible que se atiendan con el vigor y la inteligencia necesarios para obtener los mejores saldos.

El 20 de enero Donald Trump iniciará su periodo presidencial y ello implica que México esté preparado porque es previsible que grandes porciones de su política y desempeño afectarán el interés nacional y pondrán a prueba la fortaleza de nuestras instituciones y nuestra cohesión como nación.

Al menos tendremos que estar atentos a los temas tatuados en la agenda de Trump: su decisión de renegociar el Tratado de Libre Comercio, su empeño en presionar a las empresas con inversiones en México, su obsesión por el muro y por que nuestro país reembolse su costo; y su discurso y eventuales acciones antiinmigrantes.

Como no se trata o no debe ser un desafío de fuerza, tendrá que serlo de inteligencia y capacidad diplomática y negociadora, lo que incluye poner sobre la mesa factores económicos, políticos y de vecindad mutuamente benéfica.

Hay un antes de Trump y habrá un después de Trump. La historia va más allá de un periodo de gobierno. La relación bilateral es más, mucho más, que una visión personal. El largo plazo es lo que importa, pero hay que cuidar el corto con decisión y acierto. Aquí uno de los grandes retos del actual gobierno, de la presente legislatura y de sus correspondientes sucesores.

La seguridad seguirá estando presente en la agenda con todo lo que ello implica: la reducción de la violencia, la recuperación de la tranquilidad social y las reformas que deban hacerse para dotar de un marco legal adecuado a las Fuerzas Armadas en beneficio de todos.

Las elecciones en cuatro estados son otro foco de atención y de oportunidad, en el sentido de que deben realizarse en paz, en condiciones de equidad y con la mayor participación posible para el relevo de tres gubernaturas, 270 ayuntamientos y dos Congresos locales. No será un paseo, pero deberá evitarse la polarización y habrá de lograrse que prevalezcan el derecho, la democracia y la decisión popular.

Puede asumirse que la mayoría de los mexicanos lo que desea es tranquilidad social, seguridad, certidumbre, justicia, oportunidades de desarrollo y crecimiento económico. Y es obligación de los gobiernos y de la clase política así procurarlo. Éstos deben estar a la altura de nuestros anhelos y desafíos como país, que se verán incrementados con Trump.

Nuestras aspiraciones pueden encontrar resistencia de grupos o intereses que se benefician de la incertidumbre y de la oposición a todo. Para que estas posturas no se impongan son necesarios la participación ciudadana, un constante y acertado esfuerzo institucional con resultados muy por encima de los que hemos tenido por décadas y mucha unión, sin demérito de la amplia gama de convicciones, ideas y posturas frente a los asuntos de interés general.

Ante las adversidades, nada sustituye al trabajo y a una visión compartida de un país unido y capaz de luchar por su presente en pos de un mejor futuro. Puede parecer utópico, pero la utopía ayuda a emprender el camino y sostener el paso.

Twitter: @mfarahg

Secretario general de la Cámara de Diputados y especialista en derechos humanos.

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