¿#AdiósStarbucks y #WalmartEsTrump? ¡No way!

En días recientes y sobre todo tras la toma de posesión del nuevo presidente de Estados Unidos, en México corren por redes sociales y Whatsapp, llamados a boicotear a empresas de marca estadounidense. La intención, se supone, es aplicar una especie de desquite por la agresividad que Trump ha mostrado contra todo lo que tenga que ver con nuestro país.
El enojo popular ha llevado a estos llamados a consumir sólo productos hechos en México, y de preferencia adquiridos en pequeños establecimientos y tienditas.

¡Cuidado! aunque en apariencia estos boicots suenan muy bien, no solo no tienen ninguna efectividad como protesta contra Trump, sino que a quienes perjudica es –primero que nada-, a mexicanos.

Lo peor es que ese discurso nos rebaja al mismo nivel proteccionista y ultra-nacionalista del presidente de la Unión Americana.

Además, muchas veces lo estadounidense es solo la marca, mientras que el capital invertido en la licencia o la franquicia es 100 por ciento mexicano. No sólo eso. Los proveedores suelen ser empresas también de mexicanos, que dan empleo aquí, pagan impuestos y, lo más importante, compiten por satisfacer a los clientes y ganar su preferencia en medio de una aguerrida competencia.

Si los activistas contra ‘lo gringo’ fueran congruentes, tendrían que dejar de usar sus redes sociales y hasta sus celulares, pues desde el hardware hasta el sistema operativo que usan, casi nunca tiene nada de mexicano.

Ahora, pensemos en aquellas empresas auténticamente estadounidenses que sí pudieran ser afectadas por estos boicots, como las automotrices Ford, Chrysler o General Motors. Bueno, a Trump no le importará nada que clientes mexicanos dejen de comprar a una ínfima minoría de productores de su país. Si alguien cree que de este modo se ‘hace presión’, está en un error.

El fin de este tipo de protestas entonces, no se logrará por ese medio.
Además, nos debe quedar claro que las compañías se deben a sus accionistas tanto como a sus clientes, y que si toman decisiones como reducir o suspender sus inversiones en México es un asunto suyo no exento de riesgos. Nada que criticarles. Siendo realistas, ninguna empresa debería ponerse al tú por tú con un presidente como Trump, capaz de afectar seriamente a sus negocios.

Que no se nos olvide tampoco que las plantas que tienen instaladas aquí las armadoras automotrices no van a desaparecer, sino que seguirán produciendo para el mercado mexicano y el de otras regiones. Convocar a castigarlas, es injusto.

En suma, no nos equivoquemos. Los proteccionismos y los trasnochados nacionalismos al estilo de Trump, conducen a la xenofobia, a la violencia y al odio, comportamientos que debemos evitar, nunca imitar.

La buena noticia es que estos boicots no parecen estar teniendo ningún éxito. Qué bueno.

Quien diga sí a lo ‘Hecho en México’, ¡muy bien!, que lo promueva, pero sin llamar a injustos, discriminatorios y riesgosos boicots que como le digo, no llevan a nada bueno y nos perjudica a nosotros mismos.

A Estados Unidos su presidente los llevará al precipicio de la crisis económica en cuestión de tiempo, y seguir ese mismo camino con desquites y contraataques, es una pésima idea.
En vez de eso, mejor concentrémonos en demandar seguridad, combate real a la corrupción, recorte al dispendio gubernamental y apertura comercial real. Sin resolver esos problemas internos, así Trump se volviera amistoso, seguiremos sin poder avanzar.

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@memobarba

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