Paquete Económico 2019

Finalmente, la administración del Presidente López Obrador presentó el Paquete Económico 2019. En términos generales, no hubo grandes sorpresas y recae en supuestos macroeconómicos creíbles y factibles. Como era de esperarse, trae un sesgo fuerte de gasto social y de infraestructura, sobre todo en Pemex. El Paquete ofrece disciplina fiscal a lo largo del sexenio, el principal requisito que se requiere para tranquilizar a los mercados financieros. De hecho, la reacción inicial del peso mexicano ha sido positiva, apreciándose por momentos hacia $20.05 (apreciación de 20 centavos).

La trayectoria de los ingresos públicos se obtiene directamente de los supuestos macroeconómicos, por lo que no existen elementos para considerar que hayan sido inflados. Los ingresos presupuestales se estiman en 5.3 billones de pesos, un crecimiento de 6.3% en términos reales, de los cuales 1.045 billones corresponden a ingresos petroleros y 3.28 billones de pesos de ingresos tributarios.

Y respecto al gasto público, este será de 5.78 billones de dólares, un incremento de 6.1% en términos reales respecto al 2018. Los recursos destinados a los proyectos prioritarios del Presidente López Obrador (Santa Lucía, Tren Maya, Nueva Refinería, apoyo a jóvenes y adultos mayores), más allá de si gustan o no a los agentes económicos, no se traducirán en desequilibrios en las finanzas públicas.

El Proyecto de Presupuesto de Egresos contempla destinar 711.4 mil millones de pesos (mmp) al gasto de inversión pública, lo que significaría un crecimiento de 6.4%, en términos reales y respecto del presupuesto aprobado en el 2018. Sin embargo, esta recae principalmente en Pemex y CFE, en proyectos que no necesariamente contribuirán a la competitividad y productividad del país. Los proyectos que no son a Pemex y CFE contemplan un presupuesto de sólo 34 mmp.

El Paquete Económico considera 251.6 mil millones de pesos para proyectos prioritarios del Gobierno Central, entre los que destacan: tren maya con 6 mmdp; modernización y rehabilitación de la infraestructura aeroportuaria con 18 mmdp; pensión para adultos mayores con 100 mmdp y; el de jóvenes construyendo el futuro con 44.3 mmdp.

En sus discursos de campaña y durante la transición, AMLO siempre habló de la necesidad de 500 mmdp para sus compromisos y que esos los obtendría reduciendo la corrupción. Al final, estos proyectos prioritarios contemplan sólo la mitad de los recursos pensados.

En resumen, existe prudencia fiscal, por lo que la reacción de los mercados financieros ha sido positiva, pero sin grandes ganancias porque todavía quedan algunos puntos por definir con más precisión.

Todavía existen dudas con relación a la operación de temas como los precios de garantía para productos agropecuarios, la política de precios de los combustibles (gasolinas), el impacto real en pérdida de recaudación por la reducción de impuestos en la frontera del país, las cuales se irán abordando en los próximos días o semanas.

Pero sobre todo lo relacionado a los impactos que tendrán los planes de gasto en las finanzas de Pemex y la reacción que podría haber por parte de las agencias calificadoras sobre este punto.
Lo anterior no significa que en automático se respete la premisa de mantener finanzas públicas sanas. El escenario siempre está sujeto a riesgos, internos y externos, que afecten el escenario macroeconómico (crecimiento del PIB, precio del petróleo y tasas de interés), que puedan reducir el margen de maniobra de la Administración Pública y que le obligue a realizar ajustes en el camino.

Esto no es propio de la presente Administración. Sucede siempre, incluso durante la presidencia de Enrique Peña Nieto, en los primeros cuatro años de gobierno siempre se hablaba de reducir los niveles de deuda como porcentaje del PIB, y al final se incumplía el objetivo.

Una vez que se elimina, aunque de forma temporal, el factor de incertidumbre sobre que el Paquete Económico incluyera elementos que afectaran el proceso de consolidación fiscal, en los siguientes días, temas como la FED, Banxico, guerra comercial entre EUA y China, amenaza de cierre de oficinas en EUA (shutdown), Brexit y la oferta de recompra de bonos del aeropuerto de Texcoco concentrarán la atención de los inversionistas para lo que resta del año.

En particular, esta semana hay reunión de política monetaria de la FED (concluye el miércoles 19 de diciembre). Si bien se espera un aumento en las tasas de interés por 25 puntos base, la atención se centrará en las señales de la política monetaria para 2019. De acuerdo con sus proyecciones en septiembre, el consenso en el banco central estadounidense fue de tres alzas de tasas para el próximo año. Sin embargo, debido a los recientes acontecimientos y las últimas declaraciones de funcionarios de la FED, los futuros de tasas de interés utilizados para medir la probabilidad de nuevas alzas contemplan una sola subida en 2019.

Cualquier insinuación de la FED de que podría reducir el ritmo de subida de tasas en el futuro, podría favorecer a los activos considerados de mayor riesgo, entre ellos, el peso mexicano. Por el contrario, si se mantiene firme en sus expectativas de alza de tasas, la reacción sería de fortaleza generalizada del dólar (caída del peso).

Al día siguiente de la FED, Banxico también anunciará su decisión de política monetaria. El consenso está muy dividido sobre si subirá o no tasas de interés. Existen elementos a favor y en contra de modificar el costo del dinero.

Adicionalmente, este viernes vence el plazo para que el presidente Donald Trump y el Congreso acuerden una legislación que permita que todos los servicios gubernamentales sigan funcionando y así evitar un cierre parcial de oficinas federales (shutdown). El tema central que está retrasando un acuerdo es la solicitud de Trump de 5 mil millones de dólares para la construcción de un muro fronterizo.

Con relación al tema de la oferta de recompra de bonos del aeropuerto de Texcoco, es probable que sigan presentándose declaraciones de los Tenedores en el sentido de rechazo de la propuesta del gobierno federal (recientemente SHCP ofreció una oferta superior a la inicial, en términos monetaria alrededor de 10% más alta). Estos comentarios siempre sirven como presión para negociar. Los Tenedores están conscientes de que tienen cierto grado de ventaja en la negociación y el gobierno si quiere evitar un largo proceso legal, muy probablemente necesitará alcanzar una solución antes del primer bimestre del próximo año.

Con ello, existe margen para que el peso mexicano en los siguientes días pueda apreciarse a niveles por debajo de los $20.0 spot. Sin embargo, consideramos que los temas de riesgo descritos en la nota también podrían provocar una depreciación temporal de hasta $20.70 para lo que resta del año.

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