La economía de Japón se expandió más de lo esperado en el cuarto trimestre, extendiendo la recuperación de su peor recesión de la posguerra gracias a un repunte en la demanda extranjera que impulsó las exportaciones y el gasto de capital.
Pero la recuperación se desaceleró desde el ritmo rápido del tercer trimestre y las nuevas restricciones del estado de emergencia empañan las perspectivas, lo que subraya el desafío que enfrentan los responsables de la formulación de políticas para prevenir la propagación de COVID-19 sin ahogar una recuperación frágil, especialmente en el golpeado sector de consumo.