El fabricante estadounidense de chips Intel se disculpó en China el jueves después de que su carta que les decía a los proveedores que no obtieran productos o mano de obra de la región de Xinjiang desencadenara una reacción violenta, lo que la convirtió en la última empresa occidental en tropezar con problemas de derechos en el país.

Intel publicó recientemente lo que describió como una carta anual a los proveedores, con fecha de diciembre, que se le había “exigido a garantizar que su cadena de suministro no utilice mano de obra ni obtenga bienes o servicios de la región de Xinjiang”, tras las restricciones impuestas por “múltiples gobiernos”.

Estados Unidos ha acusado a China de abusos generalizados de los derechos humanos en Xinjiang, hogar de los uigures predominantemente musulmanes del país, incluido el trabajo forzoso. Beijing ha negado repetidamente las afirmaciones.