La Fiscalía de Nueva York presentó una demanda contra la compañía multinacional PepsiCo, acusándola de contaminar el río Buffalo con sus envases de plástico desechables, un acto que supone un riesgo para la salud pública.

Esta acción legal surge a raíz de una investigación en la que se encontraron una gran cantidad de desechos plásticos con la marca de PepsiCo a lo largo del río, en un número significativamente superior a otras marcas reconocidas.

Según el documento de la acusación, la presencia de botellas, tapones y envoltorios de snacks identificados como productos de PepsiCo representa un riesgo para el suministro de agua potable proveniente del Lago Erie, así como para la vida acuática del río. Además, la Fiscalía alega que, contrariamente a los compromisos de reducir el uso de plásticos, PepsiCo ha aumentado la utilización de plásticos no reciclados o vírgenes en sus envases.

Este litigio busca compensación por los daños ocasionados, así como medidas inmediatas para detener la contaminación plástica en el río Buffalo. Además, la Fiscalía exige que la empresa incluya advertencias adecuadas en sus envases para informar sobre la gestión responsable de residuos plásticos.

El caso refleja una creciente preocupación por la gestión responsable de los desechos plásticos por parte de las grandes corporaciones y resalta la necesidad de medidas más efectivas para preservar el medio ambiente y la salud pública.

PepsiCo aún no ha emitido un comunicado oficial en respuesta a la demanda presentada por la Fiscalía de Nueva York.

La situación planteada con PepsiCo revela un preocupante escenario sobre la contaminación plástica en la cuenca del río Buffalo. La Fiscalía de Nueva York ha señalado que, según un estudio realizado el año pasado, los envases de plástico de un solo uso de PepsiCo representaron la mayor parte de los residuos plásticos identificables recogidos a lo largo del río y sus afluentes.

En concreto, más del 17% de las 1,916 piezas de basura de plástico identificadas pertenecían a productos de PepsiCo.

Esta revelación ha suscitado preocupaciones sobre las prácticas de gestión de residuos y ha planteado interrogantes sobre la responsabilidad de las grandes corporaciones en la lucha contra la contaminación plástica en esa región.