“Pero realmente es engañosa la esperanza que se basa en las desdichas de los demás, en lugar de en la fuerza de uno mismo”.
Herodes, el Grande
Tras doce años en el gobierno, Benjamin Netanyahu ha cedido su puesto; hacía tiempo que la polarización política obligaba a Netanyahu a convocar a nuevas elecciones que, al mismo tiempo, no terminaban de dar el triunfo a ninguno de los actores involucrados.
Esta semana, la canciller Angela Merkel anunció restricciones de movilidad para los alemanes que no quieren vacunarse. En un tono cercano al de su homólogo francés, Emmanuel Macron, el gobierno de Merkel declaró que “si las tasas de contagio continúan en aumento, los no vacunados deberán reducir sus contactos y no podrán ingresar a restaurantes o cines aunque presenten una prueba negativa de PCR”.
La pregunta central que Aristóteles busca responder en la Ética a Nicómaco es la siguiente: ¿cuáles son las decisiones que debo tomar y cuáles las que debo evitar si quiero ser feliz? A partir, de esta pregunta desarrolla su teoría de la virtud que, en libro de la Política, trasladará a los términos de la convivencia social.
Llamó mi atención que, durante las protestas ciudadanas de los últimos días en Cuba, varios medios prefirieron no llamar por su nombre al régimen político cubano: dictadura. Por inverosímil que parezca, todavía hoy, la ilusión de la revolución socialista sirve como pantalla para atropellar las libertades ciudadanas y violar, continuamente, los derechos humanos.
Hace algunos meses, la fiscalía de Nueva York —dirigida por Cyrus Vance— fusionó sus investigaciones con las de la procuraduría general del estado, que está al frente de Letitia James.
“Una Europa económicamente unida, sin conciencia de su misión, no puede convertirse en una potencia mundial como lo fue durante siglos, cuando sí creía en sí misma y en su tarea”
Sandor Marai
No ha pasado ni una semana desde que terminó la Cumbre europea y Viktor Orban salió con una gran derrota. No es novedad que el primer ministro húngaro —instaurado de la democracia iliberal dentro de su partido— busque cualquier resquicio para apoderarse de las libertades ajenas.
“El verdadero modo de vengarse de un enemigo es no asemejársele”
Marco Aurelio
Hace tiempo que la democracia nicaragüense agoniza. El gobierno de Daniel Ortega ha perdido todo respeto por las libertades ciudadanas: lo mismo ha perseguido a opositores que a periodistas; prácticamente, a cualquiera sobre el que pese la sospecha de impulsar un cambio en el gobierno —como ha ocurrido con algunos empresarios—.
Hace tres días, se comunicó el fallecimiento de Abubakar Shekau —líder de Boko Haram—, hijo del fundador del grupo terrorista que llevó al extremo las demandas y las posiciones de la célula. El grupo, fundado en 2002 por Muhammad Yusuf en Maiduguri, capital del estado de Borno en el noreste de Nigeria, es conocido en todo el mundo por la barbarie de sus actos.
Ayer, 1 de junio del 2021, el Vaticano anunció la reforma al Derecho Canónico para hacer ajustes de comprensión, sanción y duración del delito de pederastia. Sobre este anuncio, que entrará en vigor hasta el próximo diciembre, hay varios aspectos que señalar.
Los últimos días hemos visto, una vez más, un fuerte enfrentamiento entre Hamas e Israel. La añeja polarización política se ha apoderado, también, de la discusión pública. ¡Como si fuera fácil decir: éste es el villano y aquél la víctima! El entramado de intereses, historia, oportunidades perdidas, sabotajes, venganzas y traiciones hace que, ese tipo de afirmaciones, sean injustas —especialmente, para los civiles que viven en medio del conflicto.
Hace apenas unos días, descubrí el libro Hacia una ética feminista de la no violencia (Princeton, 2021) y me pareció un texto extraordinario por varios motivos. Primero, reúne las voces de las feministas más renombradas de nuestros días: la italiana Adriana Caravero, la estadounidense Judith Butler y la canadiense Bonnie Honig.
Para una antigua profesora de lógica —como yo— las consignas políticas suelen ser motivo de un florido análisis retórico; sin embargo, las que encabezaron la campaña electoral madrileña fueron diferentes y sintomáticas; distinta porque no eran las promesas bobas con las que se suele enamorar a los electores —desde “bienestar para tu familia”, “haremos historia”, “ya cambió”— sino planteamientos disyuntivos que eran más una amenaza que una inspiración.
La semana pasada, escribí sobre la gestión de la pandemia en Israel; en dicho artículo, señalé que la articulación de las condiciones sociales, las decisiones del gobierno, así como el sistema de creencias es el eje que permite explicar el buen puerto sanitario al que, al parecer, han llegado.
A poco más de un año del inicio de la pandemia, Israel eliminó el uso obligatorio del cubreboca en lugares públicos abiertos; con ello, lanzó un mensaje fuerte al resto del mundo: “¡Hemos vencido al virus!”.
¿Cuál fue el común denominador político entre los gobiernos de Fidel Castro —en Cuba—, Daniel Ortega —en Nicaragua—, Rafael Correa —en Ecuador—, Evo Morales —en Bolivia—, ¿Lula da Silva —en Brasil— y Hugo Chávez —en Venezuela—? Todos ellos pertenecen a los que Will Grant en su libro ¡Populista! El ascenso del hombre fuerte del siglo XXI en América Latina (2021) ha denominado la marea rosa latinoamericana: “Los líderes de la Marea Rosa fueron electos democráticamente y son radicales en sus reformas socialistas, aunque no lo suficientemente comunistas para ser considerados ‘rojos’”.
En 2014, publiqué en La Razón un artículo para contextualizar la crisis en Ucrania. En ese año, la anexión de Ucrania por parte de Rusia aumentó considerablemente el termómetro de la tensión internacional.
Hace dos días, se publicó el más reciente informe sobre los casos de violencia sexual en la congregación religiosa de Los Legionarios de Cristo. La novedad del reporte es que incluye los nombres de algunos de los agresores sexuales, petición hecha desde hacía tiempo por las víctimas.