El peso mexicano y el TLCAN con Trump

La gran referencia para los mercados financieros globales, y en específico para los mexicanos, sigue siendo Donald Trump. Después de su discurso inaugural el viernes pasado, donde criticó el establishment y acentuó en medidas proteccionistas, sin especificar acciones, el fin de semana hizo menciones sobre sus planes con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).

El presidente Trump, dijo que busca discutir pronto con los líderes de Canadá y México para comenzar las negociaciones para renegociar el TLCAN, así como aspectos de inmigración y de la seguridad en la frontera. Trump todavía no específica qué mejoras quiere, salvo el detener la migración de fábricas estadounidenses y empleos a México.

Hasta el momento, la reacción de la moneda mexicana desde la toma de posesión de Trump ha sido de ligera apreciación, alcanzando su mejor nivel en dos semanas.

El hecho de que no haya sucedido el peor escenario, esto es, un anuncio de una salida del TLCAN en el corto plazo, así como la percepción de que el gobierno mexicano se muestra preparado para negociar la nueva relación con EUA, son los factores detrás de esta mejora en la moneda. También le ha beneficiado que el dólar ha perdido contra la mayoría de las monedas en el mundo gran parte de las ganancias de los dos últimos meses. La ausencia de propuestas específicas de Trump han decepcionado un poco a los inversionistas que esperaban detalles sobre sus planes económicos para impulsar el crecimiento o reducir impuestos.

En este sentido cobran relevancia las reuniones de los Secretarios de Relaciones Exteriores y de Economía de México con asesores de Trump el 25 y 26 de enero, que servirán como preparativo para el encuentro del presidente de EUA con Peña Nieto el 31 de enero próximo. En tiempos de gran incertidumbre, entre más rápido se realicen estas reuniones bilaterales es mejor, ya que pronto se sabrá exactamente cuál es el alcance de las negociaciones que Trump pretende alcanzar. Esto reduciría parte de la incertidumbre.

Por otro lado, mejoró la percepción sobre la posición que tendrá México frente a las propuestas en materia del TLCAN del equipo de Trump. De entrada, declaraciones del Secretario de Economía hacen mención al establecimiento de medidas espejo, esto es, en el momento en que EUA aplique una política de castigar importaciones y premiar las exportaciones estadounidenses, México recurrirá a una acción similar para contrarrestar los efectos negativos que esto puede generar.

Adicionalmente, el día de hoy, el Presidente Peña definió 10 objetivos que México buscará alcanzar en la relación comercial bilateral con EUA. Estos pretenden: buscar que EUA dé un trato respetuoso a los migrantes, que en caso de repatriarlos, sea a través de un proceso ordenado y coordinado; preservar el libre comercio en el TLCAN, manteniendo aranceles y cuotas en cero; libre flujo de remesas; mayor coordinación para el control de armas y dinero ilegal; defender y dar certidumbre al libre comercio y a las inversiones nacionales y extranjeras; fortalecer las actuales cadenas de suministro e incluir nuevos sectores como el de telecomunicaciones, comercio electrónico y energía; proteger los empleos y aumentar los salarios de la región; mejorar la frontera a través de un mayor gasto en infraestructura y mejor uso de la tecnología, y no a través de muros.

En este sentido y alineado con los objetivos del gobierno federal, conviene intensificar una estrategia de diversificación de los flujos de comercio de México para no provocar que en un escenario negativo de salida del TLCAN o aumentos de aranceles con EUA, se perjudique a la industria y al consumidor nacional.

Esto implica diversificar los destinos de las exportaciones y las fuentes de las importaciones. Para ello, adicionalmente al TLCAN, México cuenta con una red de 11 Tratados de Libre Comercio con 45 países (por mencionar algunos destaca la Unión Europea, Japón, Colombia, Chile), 32 Acuerdos para la Promoción y Protección Recíproca de las Inversiones (APPRIs) con 33 países y 9 acuerdos de alcance limitado (Acuerdos de Complementación Económica y Acuerdos de Alcance Parcial) en el marco de la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI).

En la mayoría de los TLCs el aprovechamiento por parte de México es bajo, sobre todo por el lado de las exportaciones. El empresariado se ha acostumbrado al mercado estadounidense, donde se destina cerca del 80% de las ventas mexicanas al exterior. En algunos casos diversificar no es una tarea fácil, por los costos de operación, transporte, idioma y regulaciones que enfrentarían en otros mercados. Adicionalmente, muchos de los procesos de producción de las empresas en México se ajustaron a la regla de origen1 del TLCAN. Vender a otro mercado en algunas situaciones implica modificar los procesos para poder cumplir con la regla de origen de otro acuerdo comercial.

Donde se ha dado una mayor diversificación, aunque sin alcanzar el óptimo es en las importaciones. Actualmente, del total de compras que hace México del exterior, el 46% proviene de EUA (en 1993 representaban el 70%). Habría que esperar exactamente lo que busca Trump hacer con el TLCAN, pero en caso de que se concrete un escenario serio de renegociación, este proceso probablemente demore más de un año. Esto sería tiempo suficiente para diseñar estrategias de diversificación de mercados, donde exista la voluntad del empresariado de abrir su interés a cualquiera de los otros 46 países en los que México tiene acceso preferencial.

La recuperación de estos últimos días del peso mexicano es positiva, ya que establece un techo a una posible depreciación fuerte en el corto plazo. Terminó la incertidumbre sobre la posibilidad de que alguien como Trump pudiera ser presidente de los EUA. Ahora inicia una era de política económica diferente a lo que estábamos acostumbrados en los últimos 30 años, lo que mantendrá especulación y volatilidad en los mercados financieros por lo menos durante las próximas semanas o meses.

Así, en sus primeros días/semanas de definición de políticas, es probable que se mantengan o agudicen los ataques o anuncios de medidas proteccionistas hacia México, por lo que no se descarta que el tipo de cambio vuelva a superar niveles históricos, por encima de $22.0 por dólar spot (interbancario al mayoreo). En la misma dirección, es probable que Trump no cambie su manera de operar y comunicarse con la sociedad y el mundo, pero ahora que es presidente tendrá un mayor contrapeso en las posturas y acciones de otros países, organizaciones empresariales locales e internacionales y en su propio Congreso. Ello significa que buenas negociaciones comerciales de las autoridades mexicanas con el equipo de Trump, podrían provocar que en los meses subsecuentes el tipo de cambio pudiera bajarse incluso hasta los niveles que registró a finales del año pasado ($20.80).

El resultado de la negociación es incierto, en ocasiones parece que México estará sólo contra las posturas de EUA. Esto, seguirá pesando en la percepción de los inversionistas extranjeros sobre el porvenir de la economía mexicana, manteniendo volatilidad en los activos financieros en pesos. Sin embargo, consideramos que el mundo poco a poco dará un mayor contrapeso a las políticas proteccionistas, obligando a tomar posiciones más razonables en las negociaciones.

A nadie le conviene una guerra comercial o entrar a un mundo de represalias comerciales, por lo que todavía hay esperanzas de que la renegociación del TLCAN termine siendo positiva. Sus dos secretarios que estarían mayormente involucrados en la negociación, (Comercio y Estado) han hecho pronunciamientos menos proteccionistas.

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