Roche en Batalla legal farmacéutica

Split Financiero

Los dimes y diretes entre la farmacéutica suiza Roche y la mexicana Probiomed por el genérico de Rituximab, un tratamiento para el linfoma de Hodgkin, son un cuento que data desde 2010, cuando el laboratorio mexicano Probiomed acusó a Roche de intentar inhibir la competencia en el mercado farmacéutico a través de procesos legales, después de que el mexicano recibió una sentencia para suspender la comercialización de Kikuzubam, el equivalente genérico de la sal antes mencionada, propiedad de los suizos.

De acuerdo con investigaciones y documentos de libre acceso, en ese año, el Tribunal de Distrito 15 de Asuntos Administrativos de la Ciudad de México otorgó una suspensión definitiva que impidió a la empresa farmacéutica Probiomed comercializar Kikuzubam, una droga a través de la cual este laboratorio participó en una licitación para el Instituto Mexicano del Seguro Social.

Pero un revés vino más tarde, cuando en 2013, la Corte Suprema de Justicia de la Nación decidió denegar el recurso a Roche, por lo que autorizó a Probiomed a comercializar la droga Kikuzubam. Por mayoría de votos, la Corte resolvió que el registro presentado por Probiomed era correcto y que el permiso que le había sido otorgado por la Cofepris para la producción y venta del producto se cumplió con los reglamentos pertinentes. El equipo legal de Roche, encabezado por el abogado Eduardo Gallastegui, puso en marcha la armadura pesada y después de meses de intenso trabajo, la compañía farmacéutica suiza logró poner la balanza a su favor, y en julio de 2014, la Cofepris revocó el registro sanitario de Kikuzubam producida por Probiomed.

Aunado a la revocación del permiso sanitario, la Cofepris, encabezada en ese momento por Mikel Arriola, actual director del IMSS, alertó a todas las instituciones de salud para que dejaran de prescribir este medicamento, además de notificar cualquier notificado adverso de efecto. Después de casi cuatro años de litigios, la Corte Suprema de Justicia de la Nación (SCJN) determinó que no se cumplían los requisitos básicos para otorgar el registro a esta droga, lo que violó la patente de Roche con la intención de copiar la sustancia activa del medicamento biotecnológico. Sorprende ahora que el caso salga de nuevo a relucir, pero lo más sorprendente es que Probiomed, encabezado por Sandra Sánchez y Oldenhage siga en esta batalla, la cual le ha costado millones de pesos, así como la prohibición total de producir y comercializar en México, Kikuzubam.

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