Trump al director del FBI: “Necesito lealtad, espero lealtad”

Una semana después de asumir el poder, el presidente Donald Trump invitó a cenar al entonces director del FBI, James Comey, en el Salón Verde de la Casa Blanca, para comunicarle cara a cara lo que deseaba de él, después que éste expresó su interés por seguir en el cargo.

“Necesito lealtad, espero lealtad”, le dijo Trump en el encuentro que mantuvieron a solas el 27 de enero pasado en el comedor de la residencia ejecutiva, donde fueron atendidos por dos meseras adscritas a la Marina estadounidense.

“No me moví, ni hablé, ni cambié mi expresión facial en forma alguna durante el silencio incómodo que prosiguió. Simplemente nos miramos el uno al otro en silencio. La conversación pasó a otros asuntos, pero él regresó al tema al final de la cena”, recordó Comey.

El episodio, uno de los momentos emblemáticos de las interacciones con el presidente que lo despediría poco después, fue relatado por Comey en su testimonio de siete páginas ante el Comité de Inteligencia del Senado, que decidió revelarlo un día antes de la realización de la audiencia pública.

Al final de la cena, Trump regresó al tema de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) y le dijo a Comey que estaba contento de que decidiera quedarse, pues había escuchado buenos comentarios del general John Mattis y del senador Jeff Sessions.

“Necesito lealtad”, insistió Trump, a lo que Comey respondió: “Siempre recibirá honestidad de mi parte”, por lo que el mandatario le indicó: “Eso es lo que quiero, lealtad honesta” y el entonces director del FBI aseguró: “Eso lo tendrá de mí”.

Comey transcribió las palabras de Trump en un memorando que compartió con sus colaboradores cercanos en el FBI, como lo había hecho con otras conversaciones con el presidente estadounidense.

Durante otro encuentro, el 14 de febrero en la Oficina Oval, Trump decidió quedarse a solas con Comey, a pesar de que había sido una reunión del equipo de seguridad nacional. Cuando el resto del grupo salió, el jefe de la Casa Blanca fue directo: “Quiero hablar sobre Michael Flynn”.

Flynn, ex asesor de seguridad nacional, había sido despedido por Trump debido a que mintió al vicepresidente Mike Pence sobre sus contactos con el embajador de Rusia en Washington, por lo que el exmilitar era objeto de una investigación del FBI.

“Es un buen tipo y le han pasado muchas cosas (…) espero que pueda ver claro y abandonar esto. Es un buen tipo. Espero que pueda dejar pasar eso”, insistió Trump.

Comey manifestó que coincidió en que Flynn era un buen tipo, pero nunca dijo que abandonaría la investigación.

En otro apartado de su testimonio, Comey recupera una llamada telefónica con el presidente, del 30 de marzo pasado, en la que acepta haberle dicho a comités legislativos que Trump no estaba siendo investigado personalmente. “Necesitamos hacer eso público”, comentó entonces el mandatario.

Comey admitió que no le dijo a Trump que el FBI y el Departamento de Justicia no suelen hacer eso, porque tendrían que hacer una corrección pública, en caso de que la situación cambiara en el curso de la investigación.

Después de la conversación telefónica, Comey llamó al procurador Jeff Sessions para detallarle el contenido de la misma y esperar instrucciones. Nunca recibió una llamada de regreso.

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