Venezolanos usan equipo improvisado para protegerse en las protestas.

La represión de las fuerzas de seguridad de Venezuela ha obligado a los manifestantes a protegerse con armaduras caseras y equipo improvisado, mientras en el extranjero se llevan a cabo campañas para comprar pertrechos de seguridad para los participantes en las protestas.

Es cada vez más común ver a manifestantes con máscaras de gas convencionales, cascos y escudos de madera pintados de colores para enfrentar a las tropas de la Guardia Nacional, que usan grandes cantidades de gas lacrimógeno para dispersar las protestas contra el gobierno de Nicolás Maduro.

De acuerdo con un artículo del diario The Washington Post publicado en mayo pasado, “varios manifestantes han sido asesinados o gravemente heridos por los botes de gas disparados contra las multitudes o supuestamente arrojados de los helicópteros del gobierno”.

“Al principio, los manifestantes que chocaron con las fuerzas de seguridad hicieron poco más que cubrir sus rostros con una camisa o bufanda para bloquear el gas lacrimógeno (…) Ahora, más y más manifestantes vienen listos para el combate”, añadió el rotativo.

Una mujer de 65 años que solicitó el anonimato dijo a The Washington Post que lleva dos cosas esenciales a las manifestaciones: “una máscara de gas para mí y una botella de spray llena de antiácido para ayudar a aquellos que no tienen una máscara” y que ayuda en casos de quemaduras.

Javier Solorzano, un estudiante de 23 años con el brazo enyesado debido al golpe que recibió con un bote en una protesta, comentó que él sale equipado con máscara, casco y “guantes de jardinería para sostener los recipientes calientes y devolverlos”.

El diario estadunidense destacó que ante “el creciente número de víctimas venezolanas, junto con los temores de una violencia más severa en el futuro”, varios venezolanos que viven en el exterior han iniciado campañas de recaudación de fondos para comprar equipo de seguridad para los inconformes.

“La idea es proteger a tantas cabezas como podamos”, dijo a The Washington Post, Nelly Guinand, una diseñadora de modas venezolana, de 25 años, que vive en Nueva York y que recaudó más de 22 mil dólares con los que envió 128 cascos de motocicleta a Caracas.

Guinand, quien nombró a su unidad recaudadora de fondos “Cascos contra Bombas”, decidió iniciar la campaña con otras 15 mujeres que viven en Venezuela y Estados Unidos.

La mujer denunció que su primo, Andrés Guinand, sufrió una fractura de cráneo cuando fue golpeado con un bote de gas lacrimógeno durante una protesta en Caracas, lo que se convirtió en el tercer caso de un familiar herido por las fuerzas de seguridad venezolanas.

Guinand forma parte de una amplia campaña internacional para financiar las protestas, con algunas unidades en línea que recaudaron más de 24 mil dólares en menos de un mes.

En el sitio web GoFundMe se pueden encontrar hasta 17 campañas para solicitar dinero para comida, medicina y equipo de seguridad como gafas protectoras, guantes pesados ​​y máscaras de gas para los manifestantes, mientras algunos venezolanos usan otro tipo de plataformas.

“Recogimos dinero a través de una plataforma similar a PayPal”, dijo también bajo condición de anonimato por razones de seguridad una ingeniera de 30 años quien, junto con su esposo, recaudó dinero para equipar a un grupo de jóvenes manifestantes.

Muchos manifestantes llevan escudos improvisados ​​de madera y chatarra, que han pintado con cruces, patrones medievales rojos y blancos o lemas como “¡Libertad!”.

Cuando la policía dispara bombas de gas a la multitud, los observadores advierten a los manifestantes que se cubran o que estén atentos para seguir la trayectoria de los proyectiles.

“¡No dejes que las latas te golpeen en la cabeza!”, fue el grito de un joven durante una marcha, citado por el diario estadunidense.

NTX/MiHeL

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.