‘La política migratoria de Donald Trump, una estupidez’: Paul Theroux

Paul Theroux es un viajero nato: prefiere hacerlo solo -sus experiencias en tours han sido desastrosas- y no necesariamente lo hace para descansar o pasar buenos ratos. Digamos, que por medio de sus recorridos entra en contacto con su mundo y época. “En realidad no me hice escritor para hablar de mi familia o de mis amigos, siempre me ha interesado conocer el mundo de primera mano”, explica el autor de En busca de la ayahuasca y otros desvíos (Almadía), título donde reúne ensayos y crónicas de viajes.

Sin más brújula que la intuición y la curiosidad ha recorrido Afganistán, Nigeria, China, la Patagonia y varias decenas más de países, entre los que no escapa México. “He viajado varias veces por el país. La primera vez fui a Mérida con mi esposa en los años setenta. Después recorrí la frontera, de Tijuana a Matamoros. En otra ocasión hice un recorrido en auto de Tapachula hasta mi casa en Estados Unidos”.

Producto de sus visitas, el próximo año espera publicar un libro de crónicas. “México como sucede con Estados Unidos es un país de contrastes y muy diverso”.

Theroux tiene la misma edad que Bob Dylan (77 años), como el músico encontró en Jack Kerouac un modelo a seguir. “En 1959 leí En el camino y cambió todo, Kerouac me dio la ambición de viajar y descubrir el mundo. Para mí viajar es una liberación, es un sinónimo de libertad como lo fue para él”.

El impacto de la generación beat, no se reduce al autor de Los subterráneos, siguiendo los pasos de William Burroughs viajó al oriente de Ecuador en busca de la ayahuasca, raíz emparentada con el peyote. “En sus cartas hablaba maravillas y me interesó probarla. Recuerdo un efecto extraño porque alarga o estira la mente. En realidad, nunca he sido muy adepto a las drogas. En México he intentado con el mezcal y no he esta nada mal, pero lo cierto es que cuando trabajo necesito tener mi mente en absoluta sobriedad. Mi interés por la ayahuasca nació de la curiosidad por encontrar una experiencia distinta”.

El 11 de agosto pasado, murió V. S. Naipaul, escritor ganador del Premio Nobel de Literatura y maestro del propio Theroux. “Me ayudó mucho cuando tenía 25 años y estaba en África. Fue el primer gran escritor a quien conocí y tuvimos una amistas de más de treinta años”. La relación se fracturó y el estadounidense decidió dar sus razones en el libro A la sombra de Naipaul, volumen que dio carne a una de las rupturas literarias más sonadas de los últimos años.

Pasó el tiempo, y en 2011 en el marco del Hay Festival en Gales, ambos se reconciliaron. “Es verdad que nos distanciamos, pero nos reencontramos y aclaramos los malos entendidos. Fue uno de mis mayores maestros y todavía en junio lo fui a visitar al hospital”.

Migración y democracia

Los títulos El gran bazar del ferrocarril, Hotel Honolulu y El Tao del viajero, son argumentos irrefutables para ver al Theroux como un trotamundos a quien las fronteras le quedan cortas. “Vivimos en la era de la migración y los refugiados. Ahora todo mundo habla de la caravana migrante, pero sucede lo mismo en África, India o Pakistán. Cientos de chinos llegan a Tijuana en busca que algún coyote que a cambio de una pequeña fortuna los llevé a Estados Unidos. Generalmente la gente que viaja así lo hace por desesperación. Me parece bien se hable de la caravana, pero no podemos olvidar que detrás de cada migrante hay una historia diferente”.

Crítico de las políticas migratorias de Donald Trump, el estadounidense las define como “una estupidez”. “Ya tiene a la patrulla fronteriza, ¿para qué enviar al Ejército? Ya hay una muralla en Nogales, San Luis Río Colorado y Tijuana. ¿Para qué seguir con la idea del muro? Definir a los mexicanos como delincuentes o bad hombres, es una tontería que refleja su ignorancia”.

Precisa que México y Estados Unidos deberían preocuparse en reforzar su amistad y no en marcar sus diferencias, “Es por el bien de los dos. Tú sabes que ambos países son parte de un mismo territorio. México es el país vecino. Viajé de la Ciudad de México a Nueva York en auto y lo hice siguiendo el mismo camino, ambos están muy unidos. Somos vecinos y parte de la misma familia, por lo mismo debería recibir un trato diferente. No es igual que China por ejemplo”.

Sin embargo, Theroux se reconoce preocupado por una posible reelección de Donald Trump en la presidencia de Estados Unidos. “Desgraciadamente lo veo muy factible. Trump sabe que las preocupaciones del ciudadano promedio son la inseguridad, los impuestos, el empleo y la migración. Ha sabido hacer creer a la gente que él es quien tiene las respuestas sus inquietudes, algo que por ejemplo Partido Demócrata no ha sabido hacer. No tienen un líder capaz de entender las preocupaciones del ciudadano de a pie”.

La presencia de líderes como Trump o Bolsonaro, añade el escritor, se debe a que vivimos en un mundo más inseguro y mal manejado. “Antes, quizá hasta hace veinte años, tenían un trabajo tal vez no bien pagado, pero un trabajo al fin. Ahora, en cambio la economía ha dejado de dar las respuestas que la gente busca. Por eso tenemos tantas personas saliendo de Venezuela o Nigeria. Si las grandes potencias en verdad quieren ayudar a los países con problemas deberían impulsar la creación gobiernos sanos y eficaces. Por esa razón han fracasado de los programas asistencialistas en África. La población necesita democracia, libertad y elecciones funcionales. La gente siempre buscará salir del lugar donde no se siente segura”.

Paul Theroux concluye que su país se encuentra en una encrucijada y que tal vez se necesite una revolución para sacudirse del efecto Trump. “Ya tuvimos una revolución exitosa contra los británicos y posiblemente necesitemos de una nueva revolución contra Donald Trump, pero ésta deberá ser por medio de la democracia y el voto”.

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