Científicos de la Universidad de Valencia en España y diversas de Estados Unidos analizan el componente emocional para bloquear el dolor con terapias menos adictivas.
En un estudio, encabezado por José Morón, investigador del Departamento de Anestesiología, Neurociencia y Psiquiatría de la Universidad de Washington, se utilizó una metodología llamada “imágenes por tomografía por emisión de positrones en pequeños animales (PET)”.
Dicha técnica utilizada en ratas mostró que aquellas con dolor tenían más actividad de la dinorfina en la zona del cerebro vinculada con las emociones y la motivación.
Lucía Hipólito Cubedo, profesora del Departamento de Farmacia, Tecnología Farmacéutica y Parasitología de la Universidad de Valencia indicó que las personas con dolor también sufren psicológicamente de manera involuntaria.
Se observó que la activación de las neuronas que liberan dinorfina, un neurotransmisor que produce el sistema nervioso como modulador del dolor, es la clave en los cambios que experimenta el núcleo accumbens (grupo de neuronas del encéfalo) como consecuencia de la sensación molesta.
Este núcleo es la parte del cerebro a la cual se atribuye un papel clave en la motivación, así como del miedo, agresión, adicción y el efecto placebo o de las actividades que suponen un placer como comer o el sexo.
La emisión de dinorfina provoca cambios en el comportamiento relacionados en un estado negativo como ansiedad o depresión, trastornos asociados al sufrimiento.
Los estados afectivos negativos afectan la calidad de vida de los pacientes y pueden producir sobredosis involuntarias de opioides o la presencia de otras dolencias neuropsiquiátricas más graves vinculadas al dolor crónico.
Con información de NOTIMEX
