Buscando tendencia a la pandemia del COVID-19

En todo el mundo son casi ya los 3 millones de casos de contagio con COVID-19 y alrededorde 208 mil fallecidos, en 185 países.

Las economías se enfrentan a una pandemia cuyos efectos económicos darán lugar previsiblemente a la mayor caída del PIB global desde la gran depresión de 1929. Las incertidumbres son enormes.

Es de todos sabidos que mientras los países no alcancen cierto grado de inmunidad, se apliquen pruebas al mayor conjunto posible de la población o se descubra un medicamento o vacuna eficaz, no se podrá hablar de un control total de la enfermedad o un descarte de nuevos brotes u olas de contagios futuros de COVID-19.


Aunque es un hecho que las muertes y contagios registradas por el coronavirus siguen multiplicándose, el crecimiento del brote ha dejado de ser exponencial en la mayor parte del mundo, por lo que puede hablarse de que está desacelerándose (se está aplanando la
curva). El aplanamiento es lento, pero está ahí, sobre todo en países de Europa que en su momento fueron el epicentro de la pandemia como España e Italia. Incluso en Estados Unidos, el número de casos nuevos parece ir reduciéndose poco a poco.

El tema de la pandemia de COVID-19 sigue dominando la esfera de los mercados financieros. Aunque en las últimas semanas la mayoría de los mercados financieros se ha recuperado un poco después de las fuertes caídas registradas en mazo, todavía no se puede hablar de que los precios de los activos hayan tocado fondo.

Para hablar de ello se requiere que se reduzca sensiblemente la expansión de la pandemia y que las medidas extraordinarias económicas y monetarias comiencen a considerarse suficientes.

Dado lo anterior, poco a poco se intensifican los anuncios de países que buscan de forma gradual levantar las medidas de confinamiento.

A los inversionistas no les queda otro remedio que examinar con gran detalle las cifras de la pandemia, las noticias de distintos países de comenzar a levantar las restricciones de confinamiento y los indicadores económicos globales. En este sentido, será una semana muy intensa para los mercados financieros globales.

Europa parece haber dejado atrás lo peor de la pandemia de Covid 19 y los países empiezan a hacer públicos calendarios de reapertura de las economías.

Italia anunció que a partir del 4 de mayo comenzará a reabrir su economía y empezará por la industria y la construcción. En España, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció que el martes el consejo de ministros aprobará el plan de desescalada en el que el 2 de
mayo se abriría aún más la actividad económica. Alemania también ha informado que planea a partir del 3 de mayo iniciar con algunas actividades.

En EUA, existe la expectativa de que Nueva York y otros estados inicien su reapertura en mayo. En particular, el Gobernador neoyorquino, Andrew Cuomo, ha afirmado que la reapertura irá por fases. La primera estará protagonizada por el sector manufacturero y de construcción. La segunda implicará la vuelta al trabajo de los negocios minoristas que, a su vez, deberán diseñar planes que incluyan prácticas de distanciamiento social y tener equipamiento protector disponible.

Todos estos anuncios son positivos para los mercados financieros. Aunque la incertidumbre sobre el escenario que dejará el virus es aún inmensa pero de momento los inversionistas aprovechan la calma relativa para tomar posiciones en activos de mayor riesgo.

Lo que hay que evitar a toda costa es acelerarse en la búsqueda de la normalidad. La prudencia debe seguir primando. Habrá que ver si, a medida que se restringe el confinamiento, también van bajando las muertes y poco a poco el virus va remitiendo, de lo contrario, si al levantarse las medidas de confinamiento se produce una nueva oleada de contagios, la aversión global al riesgo podría dispararse y con ello la caída en la mayoría de los precios de los activos.

Adicionalmente, en la semana la atención se enfocará a las reuniones de bancos centrales. Algo que ha permitido evitar mayores caídas en los mercados financieros e incluso por momentos hablar de recuperación, es sin duda la multiplicidad de anuncios de estímulos monetarios por parte de la gran mayoría de los bancos centrales del mundo.

Lo que han tratado de evitar los banqueros centrales es no cometer errores de crisis pasadas, como en la crisis económica de 2008-2009, donde la falta de liquidez intensificó las caídas en la economía real.

Esta semana inició con la reunión del Banco Central de Japón (BoJ), donde anunció una nueva ronda de estímulos económicos ante la profundización del impacto económico del coronavirus. La autoridad monetaria ha renunciado a los límites anteriormente autoimpuestos a sus compras de deuda pública y anunció más adquisiciones de bonos
empresariales. Hasta ahora, el BoJ había limitado sus compras de bonos nipones a un importe máximo de 80 billones de yenes anuales.

Además, esta semana los mercados estarán pendientes de la FED y del BCE, que se reunirán para abordar posibles nuevas medidas de estímulo después de las inyecciones de liquidez que anunciaron al principio de la crisis del COVID- 19 y que han logrado contener el pánico inicial de los mercados financieros. El miércoles es el encuentro de la FED y el jueves de la autoridad europea.

Es muy probable que ambos bancos se pronuncien en que por el momento evaluarán el impacto de las medidas previamente anunciadas y estarán atentos a posibles requerimientos adicionales, por lo que no dudarían en actuar de considerarlo necesario.

Junto a los bancos centrales, los inversionistas tendrán también referencias macroeconómicas, que empezarán a recoger el impacto de la pandemia. Destacan la del miércoles cuando se publique el PIB del primer trimestre en EE UU y el jueves, el de la Eurozona (México también reporta su PIB del primer trimestre ese día). Todos ellos arrojarán luz sobre el daño económico causado por el virus.

Aunque en muchos casos el mayor impacto se daría en el segundo trimestre del año, es de esperarse, que como sucedió en China, el PIB durante enero-marzo haya registrado una contracción.

En el caso particular de EUA, la expectativa del mercado es una caída superior al 4.0% (trimestral anualizada); en la Eurozona, superior al 3.0% (en México nuestra expectativa en CIBanco es una contracción de 2.5% a tasa anual).

Asimismo, será una semana importante en lo que tiene que ver también con los resultados corporativos trimestrales de EUA, con casi la mitad del S&P500 informando, presentando sus reportes las grandes tecnológicas como Amazon, Microsoft, Alphabet y Apple, que han liderado las ganancias en el histórico rebote de Wall Street desde los mínimos de marzo.

Por último, en el mercado de petróleo seguirá el nerviosismo en torno a la capacidad de almacenamiento de crudo en EUA (y el mundo) ante la escasa demanda global existente.

En el agregado podría ser una semana positiva para los mercados financieros globales. En particular, el peso mexicano seguirá cotizando en un rango acotado, pero podría alejarse de los $25.0 (temporalmente) si se aumentan los anuncios de regreso a la normalidad en las actividades económicas.

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