Por Brian Horrigan, Economista en Jefe de Loomis Sayles, filial de Natixis IM

La pandemia disparó la oleada económica que ha influido en el crecimiento a la vez que elevado más los precios. En octubre, el Fondo Monetario Internacional dijo que espera que el crecimiento económico global caiga de 5.9% en el 2021 al 4.9% en el 2022. No es de sorprender que haya citado la dinámica de la oferta y las variantes del COVID-19 como factores que van a contribuir con las he restricciones al crecimiento. Estos mismos factores también han ayudado a promover una inflación más alta de lo esperado desde septiembre.[1]

Una economía en desaceleración y precios más altos

¿La gráfica anterior apunta a una estanflación? No, pero podría tratarse de una “inflación tapón” transitoria. Esperamos que la inflación sea pasajeramente más alta a la vez que los precios deprimidos se normalizan y a medida que los precios de los sectores limitados por la oferta se elevan.

Creemos que el nivel de lentitud en la economía probablemente va a constreñir la inflación y esperamos que retorne a niveles cercanos al objetivo de la Fed en el segundo semestre de 2022— aunque con demasiada volatilidad cada mes.

Riesgos

Las expectativas de inflación podrían aumentar, convirtiendo a la inflación transitoria en inflación sostenida. La Fed está tomando las medidas de la inflación esperada muy seriamente. Un incremento “transitorio” en la inflación podría atorarse en la inflación anticipada. En nuestra opinión, esto podría volver la labor de la Fed de mantener la inflación bajo control más difícil.

El alza de la inflación esperada podría estar empujando a la Fed a empezar el tapering más pronto que tarde. Creemos que una clave para el crecimiento económico y el pronóstico de la inflación será qué tan rápido se pueden controlar las variantes de la pandemia.