Comunidades de la central región portuguesa de Pedrógão Grande y otros municipios vecinos permanecen en alerta máxima ante el temor de que se extiendan los incendios forestales, que han dejado al menos 62 muertos.
En medio de los testimonios de muchos sobrevivientes y los mensajes de condolencias de la comunidad internacional por la tragedia, los portugueses amanecieron este lunes sumergidos en el dolor, mientras que más de mil 500 bomberos continúan luchando por sofocar el fuego.
El jefe de operaciones de Protección Civil, Elísio Oliveira, informó este lunes que la situación es “difícil” en la zona boscosa de Pedrógão Grande y sus alrededores por las complejas condiciones meteorológicas y las zonas secas que avivan el fuego.
En declaraciones a la prensa, Olivera dijo que debido presencia de temperaturas superiores a 40 grados centígrados (° C), los vientos fuertes y el bosque seco de la zona, luego de semanas de poca lluvia, se aumenta el riesgo de que los incendios se extiendan más rápido.
“Ante esta situación, en Algarve, Aljezur, Monchique, Silves, Loulé, São Brás de Alportel, Tavira, Castro Marim y Alcoutim se ha detereminado mantener el nivel máximo de alerta”, indicó el funcionario, según reporte de la edición electrónica del diario Público.
Oliveira destacó que más de mil 500 bomberos, apoyados con aviones cisterna, están luchando para controlar los grandes incendios forestales en los municipios de Pedrógão Grande, Figueiró dos Vinhos y Castanheira de Pêra, en el central distrito de Leila.
Después de un recorrido por una de las zonas afectadas por incendios, el responsable de Protección Civil confirmó que las víctimas mortales se mantienen en las mismas 62 que fueron reportadas el domingo, mientras que un número similar resultaron heridos.
La mayoría de las víctimas perecieron calcinadas dentro de sus coches mientras intentaban huir de las llamas, aunque otras más perdieron la vida asfixiadas por la inhalación del humo, según el secretario de Estado para Asuntos Internos, Jorge Gomes.
En medio de tragedia, la más grave que vive Portugal en una década, este lunes se vive el segundo de tres días de luto nacional, mientras que comenzaron a surgir los testimonios de personas que lograron sobrevivir, entre ellas 12 que se refugiaron en un tanque de agua por más de seis horas.
El fuego comenzó el sábado pasado en una zona boscosa de en el municipio de Pedrógão Grande, al parecer por un rayo que golpeó un árbol y se incendió, alcanzado las llamas de inmediato los arbustos secos cercanos.
Las llamas se extendieron rápidamente en cuatro direcciones diferentes de Pedrogão Grande, a unos 200 kilómetros de Lisboa, provocando daños en varios establecimientos y sorprendiendo a los residentes, que se vieron imposibilitados a huir.
El Presidente ruso Vladimir Putin ofreció este lunes sus condolencias a su homólogo portugués Marcelo Rebelo de Sousa, por las decenas de vidas que cobraron los incendios, mientras que el presidente de la Comisión de Europea Jean-Claude Juncker expresó condolencias a las familias de las víctimas en mensaje en Twitter.
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