¿Qué hace un expresidente?

Hay de expresidentes a expresidentes, lo sabemos todos. Hay quienes se dedican a labores pacifistas —como Jimmy Carter—; otros, a impulsar a su partido en espera del retorno al poder —como Lula—. Mientras algunos se esconden en el anonimato, pues sus tropelías los alejan de la mirada pública, hay otros que no se curarán nunca de esa enfermedad llamada política.

Así déjeme contarle, respetado lector, las recientes actividades de algunos de los expresidentes que muestran que el poder se ejerce — de facto — más allá de las sillas presidenciales.

Apenas el lunes, el presidente Salinas de Gortari publicó una sentida nota sobre la muerte del general Antonio Riviello Bazán, quien fuera Secretario de la Defensa Nacional durante su gestión. La columna da muestra del respeto y de la lealtad del presidente Salinas hacia su colaborador, pero también envía un mensaje a los candidatos presidenciales y a la sociedad mexicana: “al Ejército se le agradece y se le respeta”, nos dice Salinas de Gortari —sin decirlo —.

También el lunes, 22 expresidentes respaldaron la propuesta de Luis Almagro, Secretario de la OEA, de aplicar la Carta Democrática a Venezuela por sus constantes violaciones a los Derechos Humanos. Los expresidentes señalaron que es indispensable convocar a elecciones y aliviar las penurias por las que pasan los venezolanos. Con ello ponen en duda la presidencia de Nicolás Maduro. El respaldo lo firmaron: Óscar Arias, de Costa Rica; José María Aznar, de España; Nicolás Ardito Barletta, de Panamá; Belisario Betancur, de Colombia; Armando Calderón Sol, de El Salvador; Felipe Calderón, de México; Rafael Ángel Calderón, de Costa Rica; Laura Chinchilla, de Costa Rica; Alfredo Cristiani, de El Salvador; Fernando de la Rúa, de Argentina; Vicente Fox, de México; Felipe González, de España; Osvaldo Hurtado, de Ecuador; Luis Alberto Lacalle, de Uruguay y Ricardo Lagos, de Chile.

Finalmente, la injerencia de Barack Obama en la política de Washington es innegable. Así, en la discusión sobre la reforma de salud —el principal legado de su gestión— se notó la fuerte influencia que sigue teniendo el expresidente, quien impidió que Trump demoliera, de un solo golpe, la seguridad de 24 millones de norteamericanos. Además, no olvidemos que el equipo legal de Obama está liderando la investigación sobre un posible impeachment; por último, el expresidente ha señalado que asumiría personalmente la batalla para defender a los migrantes denominados dreamers: los jóvenes que no tienen los documentos en orden, pero que son la nueva generación comprometida con los valores americanos.

Así, parece que algunos expresidentes siguen siendo guardianes de la democracia, defensores de las instituciones, aliados de los ciudadanos. Respeto esta discreta e indispensable influencia en la vida de las naciones.

* Profesora Investigadora de la Universidad Anáhuac.

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@ValHumanrighter

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