La decisión del Banxico como se esperaba

El día de ayer, el Banxico decidió mantener sin cambio la tasa de referencia en 8.25% anual por segunda reunión consecutiva en medio de muchas dudas y expectativas mixtas en el mercado con una votación “unánime”.

El balance de riesgos es a la baja y responderá con prudencia a choques externos e internos.

En lo externo, existe una preocupación por la desaceleración global y las revisiones a la baja de expectativas de crecimiento, menores presiones inflacionarias y las tensiones geopolíticas en distintas regiones.

En lo interno le preocupa la desaceleración económica, las medidas adoptadas por el actual Gobierno, el posible repunte de inflación subyacente, el tema Pemex y su posible repercusión en la deuda soberana del país.

Le preocupa la inflación subyacente que no termina por ceder, y con ello confirmar que la inflación va en camino a “permanecer” dentro del objetivo estimado de 3.0% +/-1%.

Está a la expectativa de conocer en estos días y/o semanas la estrategia para fortalecer aún más a Pemex en su estructura financiera y, por lo tanto, como elemento de riesgo hacia su calificación crediticia y de la nota soberana de México.

El hecho de que la Fed haya modificado su lenguaje desde diciembre pasado y confirmado en su última reunión de marzo pasado, le da “tranquilidad” para haber fijado un techo en la tasa de interés.

Le ha funcionado bien el mantener un spread entre las tasas de interés de México y de Estados Unidos entre 500 y 600 puntos base en toda la curva, que ha permitido cierta estabilidad en el movimiento del tipo de cambio, aunque los riesgos por el índice dólar y monedas emergentes pudiera presionar a nuestra moneda al alza.

¿Se termina la fiesta de monedas emergentes?

Hemos visto que desde que alcanzaron niveles altos en el último cuatrimestre de 2018, las divisas emergentes han recuperado en su mayoría 50% de su depreciación de 2018, generando flujos hacia sus mercados de deuda y capitales en algunos casos. Hablamos de la lira turca, el rublo ruso, el real brasileño, entre otros.

La lira turca vive una presión por la condición de la economía en contracción, por temas geopolíticos y la falta de confianza que han llevado a presionar la salida de flujos de extranjeros, generando una caída en las reservas internacionales y que su Banco Central limite acceso a bancos para financiamiento y salidas de flujos.

El peso mexicano, aunque ha tenido una recuperación más acelerada que el resto de las monedas emergentes, parece haber encontrado ya un piso en $18.75 en el mercado interbancario, justo en la decisión última de la Fed de una posición aún más firme para mantener sin cambio la tasa de interés por un buen espacio de tiempo.

Consideramos que tendrá una prueba en $19.45-$19.65 como resistencia y su superación lo llevaría hasta $19.80. En la parte baja, vemos un nivel de soporte de $19.20 a $19.10 confirmando una formación técnica de triángulo con riesgos hacia los siguientes meses.

Cortesía de 24 HORAS

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