Semana tensa en los mercados financieros globales por temas de Ucrania y política monetaria en EUA: Gordillo – Análisis

El miedo a un ataque ruso inminente a Ucrania se une a la incertidumbre sobre los futuros pasos de la Reserva Federal estadounidense y alimenta las preocupaciones que dominan los mercados financieros desde principios de año.

De los dos temas, el más relevante es la situación de la política monetaria en EUA y las medidas que podría adoptar en las próximas semanas y meses para buscar contener las presiones inflacionarias.

El dato de inflación en EUA demostró que todavía es pronto para suponer que en términos de tasa anual pudo haber alcanzado un techo. La expectativa es que los precios moderaran su escalada, pero el resultado fue diferente ya que profundizó los máximos de 40 años al subir a 7.50%.

El más reciente dato de inflación estadounidense (anual a enero de 2022) refuerza la idea de que el riesgo inflacionario sigue siendo alto, por lo que la FED tendría que llevar a cabo una política monetaria más agresiva e iniciar con la subida de su tasa de fondeo tan pronto como en marzo.

Un incremento en las tasas de interés en EUA comienza poco a poco a hacer más atractivos las inversiones en activos denominados en dólares, lo que podría desencadenar una oleada de ventas generalizadas de los activos de mayor riesgo. Algo que, al menos en los mercados cambiarios de economías emergentes, todavía no se ha presentado de forma significativa.

Actualmente, el mercado anticipa hasta siete subidas de tasas de interés en 2022. Incluso, el mercado, que en las últimas sesiones había llegado a descartar la posibilidad de que la FED subiera las tasas en 50 puntos bases, vuelve a poner en precio esta posibilidad, después de una declaración del presidente regional de la FED de San Luis en el sentido de que le gustaría ver aumentos de 100 puntos base en la tasa de fondeo para el 1 de julio. Con sólo tres reuniones de la FED de aquí al 1 de julio, los comentarios de Bullard apuntan a una subida de medio punto porcentual como mínimo, quizá en el encuentro de marzo, un movimiento importante que la FED no ha hecho en ningún ciclo reciente de alza de tasas.

Esta semana se conocerá algo más de la FED con las actas de la última reunión de política monetaria (miércoles 16 de febrero), así como con las comparecencias de una serie de ponentes del banco central estadounidense.

Por otro lado, la situación está muy tensa en el frente geopolítico en Ucrania. Washington asegura que Moscú ha reforzado la presencia militar en la región durante las últimas semanas, por lo que es inminente un ataque tan pronto como esta semana. El gigante del este ha posicionado fuerzas en tres lados de Ucrania: en Bielorrusia, el oeste de Rusia y Crimea y en buques de guerra en el Mar Negro. Estos contingentes serían suficientes para tomar Kiev. De momento, el Kremlin sigue negando su intención de empezar una guerra.

Aunque se confía en la vía diplomática, hasta ahora no ha habido muchos avances. Rusia quiere que se le otorgue un veto efectivo sobre los cambios importantes en Ucrania, en contra de la gran mayoría de la población de Ucrania, que prefiere unirse a Occidente.

El ministro de Asuntos Exteriores de Rusia considera que hay posibilidades de acuerdos en “asuntos clave” para garantizar la seguridad de Rusia que demanda el Kremlin. Por todo ello, ha anunciado que continuarán los contactos con Occidente.

En este sentido, el temor geopolítico se une al tema monetario y lo alimenta. El fin de los estímulos monetarios y las posteriores subidas de tasas de interés podrían frenar un poco el crecimiento económico, mientras que las tensiones geopolíticas podrían seguir elevando los precios de la energía haciendo de la inflación un problema más duradero de lo esperado.

El aumento de las tensiones geopolíticas ha provocado que el precio del petróleo Brent toque nuevos máximos desde 2014, con la referencia WTI cerca de 95 dólares. Un ataque ruso a Ucrania podría hacer que el precio del barril superara con creces la barrera de los 100 dólares, ya que las sanciones occidentales limitarían gravemente la producción rusa de petróleo y gas, agravando los problemas de oferta que han hecho subir los precios mundiales de la energía

Estas tensiones geopolíticas suelen producir caídas rápidas, pero también rebotes rápidos en caso de que se produzca una negociación o una solución pacífica.

Los mercados financieros todavía descuentan que habrá una salida diplomática que evite un conflicto bélico. Sin embargo, estarán muy dependiente de las noticias sobre posibles avances en la solución o retrocesos que hagan pensar en deterioros multilaterales. Además, los operadores están consientes que, en caso de una invasión de Rusia, las repercusiones negativas podrían ser más serias que lo observado durante 2014 con la anexión de Crimea, cuando el sentimiento económico de la eurozona apenas se tambaleó y el impacto en el crecimiento económico fue modesto.

Comentario final.

Hasta el momento, el peso mexicano parece haber logrado sortear de buena forma el escenario global de incertidumbre y aversión global al riesgo, cotizando en un rango acotado en los últimos días entre el $20.30 – $20.75 spot. Los operadores se han acostumbrado un poco a las preocupaciones por la inflación, la posibilidad de que Rusia invada Ucrania, mientras los mercados siguen preparándose para un endurecimiento monetario más rápido de lo previsto.

A pesar de ello, consideramos que la expectativa de corto y mediano plazo es de depreciación, conforme se acerque la fecha del próximo encuentro de la FED, así como del próximo reporte de empleo durante la primera semana de marzo. Por otro lado, si se cumple el escenario de invasión de Rusia esta semana (el miércoles, como se ha filtrado en algunos medios), el peso mexicano podría tener una reacción negativa, aunque temporal, hacia $21.0.

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