¡Bang, bang! Ahí viene Trump

El viernes se realizará el juramento del Presidente 45 de la Unión Americana, Donald Trump. Como ha dicho certeramente Héctor Aguilar Camín: “solo hay algo peor que un político profesional; uno no profesional”.

Por inverosímil que suene, un bully estará al frente de la nación más poderosa del mundo. Un señor que no está en forma –ni intelectual ni moral– para hacer frente a los grandes retos de la política de Washington.

Respondo, a continuación, las cinco preguntas que más me han hecho en los distintos foros de análisis en los que he tenido la fortuna de participar, en México y en Estados Unidos.

¿Qué nuevas prácticas saludaremos? La mentira como el plato fuerte del día; el ascenso de la Alt Right —la creciente ultraderecha supremacista blanca—; el capricho como forma de gobierno; la calumnia desde la silla de Abraham Lincoln. Veremos, también, una administración a la que no le importan ni la ética ni el conflicto de intereses.

¿De qué nos despediremos? De la corrección política del lenguaje —que fuera duramente criticada pero que desde ya, se extraña—; de una política inclusiva; de la defensa de la clase media; de un liderazgo internacional moderado; de un discurso articulado; de la consistencia política; de la libertad de prensa.

¿Quiénes deben preocuparse por este nuevo régimen? Todas y todos: las mujeres, los miembros de la comunidad LGTBI, los judíos, los cristianos, los inmigrantes, la clase media; también, los mexicanos y los europeos; y los japoneses, los canadienses y los chinos.

¿Cuánto tiempo tendremos que resistir? Hay tres escenarios. El primero, sería esperar la solicitud de un impeachment, aunque es difícil predecir la respuesta por la mayoría republicana en las cámaras; el segundo, esperar las elecciones intermedias y confiar en que una nueva configuración demócrata equilibre las fuerzas. Tercero, esperar cuatro años a las próximas elecciones presidenciales.

¿Cuáles son los puntos estratégicos que no debemos perder de vista? El nombramiento pendiente en la Suprema Corte de Justicia pues su voto es clave en temas de igualdad de derechos y oportunidades. Un retroceso en este sentido puede llevarnos al pantano de la intolerancia. Además, tenemos que estar atentos a las reacciones de las agencias de inteligencia; no creo que sea poco el legado de John Brennan.

Celebro que la sociedad civil se esté organizando para dar la cara al matón del pueblo: la marcha de las mujeres prevista para el 21 de enero será un parteaguas en la historia americana. Ésta, entre muchas otras organizaciones de resistencia, será el contrapeso necesario para sobrellevar los días negros que están por venir.

El contraejemplo preferido de los profesores cuando enseñemos ética será la presidencia de Donald Trump. Porque, qué nadie lo dude, esto solo es un revés: ¡destino no será!

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