Planean Artisanópolis, primera ciudad flotante

Hidroponía, reciclaje de residuos y captación de energía del sol, el aire y el mar serán aspectos presentes en esta ciudad.
Artisanópolis, la primera ciudad flotante del mundo, va camino de hacerse realidad sobre una laguna de la Polinesia francesa, en el océano Pacífico, que podría acoger en 2020 esta iniciativa pionera.
La propuesta diseñada por Silicon Valley fue creada por un ex ingeniero de Google y el cofundador de PayPal, entre otros gurús tecnológicos que persiguen extender en las aguas internacionales un nuevo modelo de sociedad basado en plataformas flotantes ecológicas y tecnológicamente que responderán a desafíos como la subida del nivel del mar, el desarrollo sostenible o la erradicación del hambre.
Aunque el proyecto fue creado desde 2008, hasta ahora los impulsores lograron
firmar un acuerdo con las autoridades de la Polinesia francesa para realizar la idea del instituto Seasteading.
La ciudad contará con casas, parques, oficinas, escuelas, establecimientos médicos similares a los de un crucero y otras infraestructuras que permitan a las comunidades vivir en ellas, que no ocasionarán daño alguno sobre el medioambiente y que se surtirán de energías renovables.
Se prevé una inversión privada de entre 30 y 50 millones solo para la fase piloto del proyecto en la Polinesia, por lo que los costos de vivir sobre el mar podrán afrontarlos las clases medias de los países desarrollados, aseguró la compañía.
Para atraer a los primeros moradores Artisanópolis los promotores quieren diseñar una comunidad vibrante que explore nuevas vías de convivencia y que ofrezca oportunidades únicas en acuacultura y cultivo vertical, así como en investigaciones desde la ciencia y la ingeniería sobre ecología, energía de las olas, medicina, nanotecnología, informática, estructuras marinas o biocombustibles, entre otros.
Hidroponía, reciclaje de residuos y captación de energía del sol, el aire y el mar serán aspectos presentes en esta ciudad con la que los promotores tratan de explorar un nuevo concepto de civilización más sostenible y que responda a problemas enquistados como el hambre, la enfermedad o la contaminación.
“No promovemos ninguna ideología en particular. Más bien, proveemos una plataforma para que se exploren nuevas vías de convivencia que hagan felices a la población”, aseguraron los creadores respecto a la condición política de la ciudad flotante.
El instituto Seasteading trabaja sobre esta idea desde su creación en 2008 en Silicon Valley, epicentro de la innovación por el que este proyecto persigue también un modelo de ciudad startup. Patri Friedman, ex ingeniero de Google, fue el impulsor de la iniciativa que rápidamente captó el interés de Peter Thiel, cofundador de PayPal, quien se convirtió en inversor de un proyecto pionero que cuenta  con más de mil donantes y el apoyo de emprendedores, biólogos marinos, ingenieros, acuicultores y expertos en legislación marítima.
MiHeL

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