El presidente Donald Trump no está aceptando responsabilidad alguna por haber fomentado el asalto a la sede del Congreso estadounidense la semana pasada.

Ante la creciente presión por un juicio político, la Cámara de Representantes actuó prontamente en su intento de expulsar al presidente Donald Trump de la Casa Blanca, instando al vicepresidente y el Gabinete a dar el primer paso en un esfuerzo extraordinario para destituir a Trump en los últimos días de su presidencia.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha pasado los últimos días de su presidencia aislado y repudiado por antiguos aliados y miembros de su propio partido.

Se pensó que el mandatario podría considerar la posibilidad de un segundo juicio político por las crecientes peticiones de que renuncie, después de que sus seguidores asaltaran el Capitolio del país en un esfuerzo de interrumpir el traspaso pacífico de poder.

La mayoría demócrata en la Cámara Baja de Estados Unidos inició este viernes los preparativos para someter a un segundo juicio político al presidente saliente Donald Trump, aunque ese proceso no comenzaría probablemente en el Senado hasta que el mandatario electo, Joe Biden, esté ya en el poder.

Cuando sólo faltan 13 días de que termine su mandato, el presidente Donald Trump finalmente aceptó la realidad en medio de crecientes conversaciones sobre una posible destitución, y reconoció que se irá pacíficamente luego de que el Congreso confirmó su derrota.

Para las naciones de la Unión Europea, la toma de posesión de Joe Biden el 20 de enero como el próximo presidente de Estados Unidos no llega suficientemente rápido, aunque Donald Trump ya no es un interés para todos los líderes pues la relación con varios no era lo más diplomática posible.

La madrugada de este jueves el presidente Donald Trump reconoció por primera vez su derrota en la elección del 3 de noviembre y anunció que habrá una transición en orden el próximo 20 de enero tras la certificación de la victoria del presidente electo Joe Biden por el Congreso.