Al incluir la avena en tu dieta estás dando un paso hacia una vida más saludable, pues es un alimento libre de gluten, con una fuente valiosa de carbohidratos, vitaminas, fibras, minerales y proteínas. Y no sólo eso: debido a su alto contenido de betaglucano, se llega a absorber el colesterol para ayudar a tener un corazón fuerte. Además, la avena beneficia los ácidos biliares del intestino, que fomentan una mejor digestión.

De acuerdo con Marco Antonio Villalvazo, vocero de la Federación Mexicana de Diabetes, este grano es ideal para las personas que viven con esta enfermedad, pues no incrementa la presión arterial y mejora la regulación de la glucosa.  Si la tomas mañana, tarde y noche, no hay ningún problema, pero sin caer en exceso. Son calorías que ingresan al cuerpo y, si nos excedemos, podemos subir de peso.

Gracias a los carbohidratos complejos de la avena, podrás mantener o perder peso. También proporciona gran cantidad de energía y ayuda a producir niveles de saciedad para controlar el apetito feroz; es fuente de vitaminas como la E, B1, B2 y B3, y folatos y minerales como manganeso, hierro, selenio, calcio, cobre, magnesio y zinc. Además, de ocho aminoácidos esenciales que el ser humano necesita, seis de ellos están en la avena. Asímismo, la avena contiene grandes cantidades de grasas saludables: un 65 por ciento de grasas no saturadas y un 35 de ácido linoleico. Éstas protegen el corazón, así como a los riñones. Por lo tanto, su ingesta reduce el riesgo de sufrir cáncer porque contiene tocotrienoles, sustancias que controlan los radicales libres.

México es el tercer país en el mundo que consume este grano. El primero es Estados Unidos y le sigue China.

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